Jorge Bergoglio, el Papa de Roma, pronunció el viernes unas palabras elogiando el pasado imperialista ruso que han soliviantado a la sociedad ucrania y han provocado sorpresa en otros países de la Europa del Este. En un mensaje por videoconferencia destinado a jóvenes católicos de San Petersburgo, el papa Francisco afirmó: “Nunca olvidéis vuestra herencia. Sois los herederos de la gran Rusia: la gran Rusia de los santos, de los gobernantes, de la gran Rusia de Pedro el Grande, de Catalina II, de ese imperio, grande, educado, de tanta cultura y de tanta humanidad. Sois herederos de la gran madre Rusia, por eso, continuad adelante”. El régimen de Vladímir Putin ha utilizado en sus discursos el legado de los zares como Pedro el Grande para justificar la invasión de Ucrania.

La versión escrita del discurso facilitada por los servicios de prensa del Vaticano no incluía estas palabras del Pontífice, por lo que medios de comunicación como la agencia Reuters especulan que improvisó sus palabras más polémicas. De hecho, el discurso fue en castellano hasta que al final de su mensaje, Francisco cambió al italiano para expresar sus elogios al pasado zarista e imperialista ruso.

Última hora de la guerra en Ucrania

La intervención de Bergoglio pasó desapercibida por el gran público hasta el lunes, cuando lo difundieron medios de comunicación como Nexta, un canal de información de la oposición bielorrusa y referente en la Europa del Este. “Los católicos de Polonia, Lituania y Bielorrusia se levantaron tres veces contra este imperio ilustrado”, apuntó Nexta como crítica a Francisco. El expresidente estonio Toomas Hendrik Ilves escribió en Twitter que las palabras del Papa eran “realmente repugnantes”.

El portavoz del Ministerio de Exteriores, Oleg Nikolenko, fue la voz con la que el Gobierno ucranio cargó contra Francisco: “Es por esta propaganda imperialista, la esencia espiritual y la necesidad de rescatar a la gran madre Rusia que el Kremlin justifica la matanza de miles de ucranios, y la destrucción de cientos de ciudades y pueblos ucranios”.

“Es muy lamentable que las ideas de la gran nación rusa, que de hecho son la causa de la agresión permanente de Rusia”, añadió Nikolenko en un comunicado, “se pronuncien en boca del Papa, que su misión, según creemos, es precisamente abrir los ojos de la juventud rusa sobre el desastroso curso de los actuales líderes rusos”.

Críticas católicas

La Iglesia greco-católica ucrania también emitió un comunicado inusualmente duro contra el Pontífice, firmado por su máximo representante, el arzobispo Sviatoslav Shevchuk. La Iglesia greco-católica es la dominante en la Ucrania occidental y debe obediencia al Papa.

El texto del primado empezaba advirtiendo del malestar causado: “Confiamos en que las palabras del Santo Padre fueran expresadas de forma espontánea, sin ninguna voluntad de realizar análisis históricos, y menos para dar apoyo a las ambiciones imperialistas rusas. Pero compartimos el gran dolor que han provocado, no solo en nuestro episcopado, a los clérigos, monjes y fieles de nuestra Iglesia, pero también a otras organizaciones religiosas”.

Sviastolav también avisa al Vaticano de que las manifestaciones de Francisco han causado “una gran decepción en la sociedad”. El arzobispo va más allá y remarca que los ejemplos de la gran Rusia que expuso Francisco contradicen “sus enseñanzas de paz”. La Iglesia greco-católica ha informado de que pedirá explicaciones a la Santa Sede y avanza que, en pocos días, en un sínodo de obispos en Roma, tendrán ocasión de reunirse con Francisco para exponerle “las dudas y el dolor del pueblo ucranio”.

La Nunciatura Apostólica católica en Ucrania emitió otro comunicado de respuesta en el que se aseguraba que las palabras de Bergoglio han sido malinterpretadas: “Esta representación pontificia rechaza firmemente estas interpretaciones, porque el papa Francisco nunca ha alentado ideas imperialistas. Al contrario, es un convencido opositor y crítico de cualquier forma de imperialismo y de colonialismo”.

Pocos en Ucrania aceptan esta explicación. Serguéi Sumlenni, unos de los analistas ucranios de la guerra más citados y exdirector de la fundación Heinrich Böll en Kiev —fundación del Partido Verde alemán—, compartió en sus redes sociales un análisis de los referentes ultranacionalistas rusos en el discurso del Papa, y terminó preguntándose “por qué el papa Francisco claramente difundió la peor propaganda chovinista rusa, lavando el cerebro a su audiencia, y apoyando de facto la agresión rusa, el asesinato, la violación, las ejecuciones, la ocupación y todo lo maligno que defiende Rusia”.

Polémicas precedentes

No es la primera vez que el Papa es motivo de polémica en Ucrania. Pese a que ha reiterado en múltiples ocasiones su condena a la agresión militar rusa, también ha subrayado en varias ocasiones la supuesta corresponsabilidad de Europa y de Estados Unidos en la invasión de Ucrania. “¿Hacia dónde navegas, Europa, si no ofreces procesos de paz, caminos creativos para poner fin a la guerra en Ucrania?”, afirmó Francisco el día 2 durante la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. En junio de 2022, Bergoglio opinó que la invasión rusa “había sido quizá provocada [por la OTAN]o no evitada”.

Las palabras del Papa que más indignación causaron en 2022 en Ucrania fueron las que pronunció en una homilía elogiando a Daria Dugina, propagandista ultranacionalista rusa que falleció en agosto de aquel año en un atentado. Tanto las autoridades rusas como los servicios de inteligencia de Estados Unidos dan por hecho que la muerte de Dugina fue una operación ucrania. Se cree que el objetivo del ataque era su padre, Alexander Dugin, una de las voces más extremistas del nacionalismo ruso partidario de acabar con el Estado ucranio.

Francisco, en su mensaje, afirmó: “Pienso en la pobre chica a la que le explotó una bomba bajo el asiento de un coche en Moscú. Los inocentes como ella pagan por la guerra”. En aquella alocución, el Papa también pidió orar por el pueblo ucranio y denunció “a los que se benefician del comercio de las armas”, que calificó como “criminales que matan a la humanidad”.

Por Cristian Segura