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Columnistas

El riesgo mayor es la continuidad del régimen kirchnerista

El sistema institucional argentino, plasmado en nuestra Constitución Nacional, conlleva un régimen electoral de dos instancias reservado al Poder Ejecutivo Nacional, que en este contexto histórico nos exige un esfuerzo para cambiar el rumbo de nuestra nación.

En la primera vuelta se elige por preferencia, procurando que las ideas y las políticas afines a nuestra reflexión y valores prevalezcan en el voto popular. Para ello se lleva adelante, durante un tiempo muy prolongado que incluye las PASO, un esfuerzo de persuasión y convencimiento mediante exposiciones, paneles, foros y propaganda política. Si ese esfuerzo colectivo resulta exitoso, los candidatos propios asumen la responsabilidad de dirimir la conducción del Poder Ejecutivo Nacional en la segunda vuelta electoral.

En el caso de que la coalición política propia no alcanzara a entrar en los dos primeros lugares, la alternativa que se le abre al ciudadano votante o simpatizante de esta coalición es optar por una fuerza política distinta, y en ocasiones distante de sus valores, convicciones y liderazgo. En general, eso implica una decisión de carácter negativa, que resulta de identificar los rasgos menos antagónicos de las alternativas supervivientes respecto de la propuesta propia.

Esto, que normalmente es traumático por las disputas ocurridas durante la primera vuelta, está implícito en el sistema adoptado. En nuestro caso, debemos elegir entre la continuidad del régimen actual, liderado por Sergio Massa, y un cambio en dirección a las políticas y propuestas de Javier Milei.

En numerosas entrevistas públicas he manifestado mi absoluta y total oposición al régimen K y sus distintas variantes. En particular he señalado reiteradamente el riesgo sobre la división de poderes que implican los sucesivos ataques a la Justicia, ejemplificados en el juicio a la Corte Suprema, por sentencias que se ajustan a derecho, es decir, en las que no hubo prevaricato, y que lastiman las preferencias o intereses de la coalición gobernante, todo lo que afecta de un modo irreparable el sistema institucional.

En relación con el diseño de políticas públicas, en particular las de asignación de recursos fiscales y de regulaciones, Massa asegura la continuidad de los cepos, cupos y controles del capitalismo de amigos y del estatismo creciente y dominante, con consecuencias funestas para el desarrollo y la superación del atraso y la pobreza. Por otro lado, los numerosos episodios de corrupción acaecidos, la inseguridad creciente y la mala praxis acentúan aún más el rechazo a esta opción.

Respecto de la política exterior y de defensa, a la par de las innumerables contradicciones, con votos opuestos en los organismos internacionales sobre un mismo tema, se suma una narrativa confusa de nuestra política internacional (recordar la oferta a Putin días antes del ataque a Ucrania). El estado de indefensión al que se ha llevado al país, alcanzado por la descapitalización de nuestras Fuerzas Armadas, agrega una dimensión crítica y decisiva para afianzar la idea de oponerse a la continuidad del régimen kirchnerista por nuestra propia supervivencia como Nación.

Los riesgos que corremos en seguridad e inteligencia exceden cualquier manifestación de buena voluntad, como lo evidencia el descontrol del sistema penitenciario y el descuido en la lucha contra el crimen organizado.

En educación se ha perdido el rumbo, un hecho ligado a la desvalorización del mérito y del esfuerzo en la cultura transmitida por el liderazgo de la coalición oficialista. No podemos permitir que esto se acentúe en el futuro, con más populismo educativo por parte del gobierno kirchnerista.

Por todas estas razones, y algunas más que en honor a la brevedad omito, y en virtud de la naturaleza de nuestro régimen electoral, he manifestado mi decisión de respaldar a Javier Milei, más allá de todas aquellas diferencias que se evidenciaron en las campañas de la primera vuelta y las de las descalificaciones que se profirieran en su transcurso.

En mi opinión, el riesgo mayor que enfrentamos los argentinos es la continuidad de un régimen que durante veinte años nos hizo retroceder, degradando la calidad de nuestras instituciones y afectando, con el clientelismo más abyecto, la moral de la ciudadanía.

Esta reflexión procura transparentar, ante todos aquellos que vacilan en su decisión, las razones de mi postura pública y de las opiniones que he vertido, convencido de que es fundamental no callar en una hora tan crucial para nuestra Patria.

Ricardo López Murphy

Fuente: LA NACIÓN
opinión kirchnerismo democracia en peligro Segio Massa

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