El DÍA DEL LIBRO fue establecido por la UNESCO en 1995, en conmemoración del fallecimiento de tres grandes iconos de la literatura universal, Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, acaecidos, coincidentemente, el mismo día 23 DE ABRIL DE 1616. ¿Casualidad?

Curiosamente, la fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes, como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla, Manuel Mejía Vallejo y William Wordswort.

También el 23 de abril, a partir del año 2010, las Naciones Unidas celebran el DÍA DEL IDIOMA ESPAÑOL, igualmente en homenaje al fallecimiento de Don Miguel de Cervantes (1547-1616), autor de "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", publicado en 1605, el libro más leído en la historia después de La Biblia, considerado la primera novela moderna en lengua española, y la obra cumbre de la literatura en esta lengua.

Ese mismo día, las Naciones Unidas establece el uso del español como uno de los idiomas oficiales del organismo

En homenaje a la más maravillosa creación de la civilización, y siguiendo el pensamiento del gran lingüista, filólogo y semiólogo Umberto Eco, "quien no lee habrá vivido una sola vida. Quien lo hace habrá vivido muchas vidas, durante 10000 años".

Por ejemplo, pudo estar cuando Caín mató a Abel; cuando el hombre descubrió el fuego; cuando Moisés liberó al pueblo de Israel iniciando su éxodo de 40 años; cuando los peripatéticos seguían a Aristóteles escuchando sus enseñanzas en los jardines del liceo de Atenas; cuando la Grecia clásica llevaba, con Alejandro, su cultura al mundo conocido; cuando el Hombre que cambiaría el mundo nació en Belén; cuando caía el imperio romano de occidente, y mil años después el de oriente; cuando Renzo y Lucía se casaron; cuando Eloisa y Abelardo vivieron su amor prohibido; cuando Leopardi admiraba el infinito; cuando Miguel Ángel pintaba la Capilla Sixtina, infundía su dolor a La Piedad y daba vida al David, y Leonardo inmortalizaba La última cena y su Gioconda; cuando el Dante recorría y poblaba sus círculos del infierno; cuando Napoleón conquistaba Europa, y descifraba Champollion los misterios del antiguo Egipto; cuando Erasmo elogiaba a la locura; cuando Beethoven, sordo, componía sus nueve sinfonías, y Tchaikovsky bebía agua con el virus del Cólera al concluir su Sinfonía Patética, para terminar con su atormentada vida; cuando los hombres y mujeres de Francia gritaban al mundo, al compás de la Marsellesa, su Libertad, Igualdad y Fraternidad; cuando la humanidad se destrozaba en dos guerras mundiales, y luego, como el ave fénix, resurgía de las cenizas; cuando Howard Carter descubría la tumba de Tutankamón, el mayor hallazgo arqueológico de la historia; cuando Einstein descubría la relatividad, decía que creía en el Dios de Spinoza y disfrutaba tocando su Violín; cuando Fleming, casualmente, encontraba la Penicilina, Pasteur la primera vacuna y Favaloro el by pass, salvando con sus hallazgos millones de vidas; cuando la reciente epidemia de Covid nos recordaba las del Cólera, la Peste negra y la Gripe española que en sus épocas diezmaron la humanidad…

Porque, volviendo a Eco, "la lectura es la inmortalidad hacia atrás".