Por Flavio Goldvaser

El Pasado 30 de Junio el director de la CIA William J. Burns realizaba una visita secreta a Kiev para hablar con el presidente Zelenzky sobre el desarrollo de la ofensiva de primavera y cuánto más continuaría la guerra. Estados Unidos tendría interés en iniciar negociaciones de paz o al menos de un alto el fuego para noviembre de este año a más tardar, aunque estos deseos se contrapongan a las intenciones de ambas partes en conflicto (Ucrania y Rusia) que quieren seguir combatiendo. Mientras todo esto sucedía, los ecos del levantamiento de las fuerzas paramilitares conocidas como “Grupo Wagner” todavía reverberaban a ambos lados de la frontera.

Y es que son muchas las preguntas que surgen sobre el porqué de esta rebelión protagonizada por uno de los grupos mercenarios más importantes del mundo, poseedora de una fuerza combativa que sólo en Ucrania superaba a los 25.000 soldados y que suma a otros tantos miles desplegados por África.

Dentro de la comunidad de inteligencia ronda una gran pregunta: cómo es posible que nadie del círculo que rodea a Putin conocía de lo que se estaba gestando.

Según nuestras fuentes, la CIA afirmaba tener conocimiento de antemano del levantamiento gracias al haber podido interceptar comunicaciones sensibles que fueron compartidas con Gran Bretaña. Y que habrían pasado a Ucrania sólo una vez que comenzó la asonada, solicitándole a aquel país que suspenda todo tipo de operación militar para favorecer el éxito del levantamiento y de esa forma debilitar las líneas de defensa rusas a fin de permitir la desbandada generalizada de sus unidades de combate si la situación estallaba por los aires.

¿Pero qué es el Grupo Wagner?

Las Milicias Paramilitares Wagner vienen precedidas una temible reputación: el dejar tierra arrasada por donde pasan y estar compuesta casi exclusivamente por ex presidiarios, mercenarios, vagos y aventureros.

La realidad marca otra cosa: que sin lugar a dudas son la organización más eficiente del ejército ruso y la única que ha obtenido resultados tangibles y positivos durante la guerra en Ucrania.

Y es que su éxito en combate se debe en parte a la composición de sus unidades, integradas por ex militares pertenecientes al cuerpo de comandos Spetsnaz, las fuerzas especiales del servicio de inteligencia militar GRU y por veteranos de conflictos como los de Georgia, Chechenia, el Daguestán, las guerras del Donbass y la conquista de Crimea. Estos combatientes se unieron a Wagner algunos para ganar dinero y otros que por motivos ideológicos nacionalistas siguieron a sus oficiales.

El Jefe del Grupo –y su miembro más famoso- es Prigozhin; pero su segundo al mando, el verdadero fundador del grupo y quien le dio su nombre, es el General Dimitri Utkin. De orientación nacionalista, con su cuerpo tatuado con símbolos nazis y considerado un militar y estratega de alto nivel, Utkin dispone de una vasta experiencia militar que incluye el comando de unidades durante las primera y segunda guerra de Chechenia en las que desarrolló un odio especial por los musulmanes. También y como miembro del Ejército Ruso, Comandó la conquista de Crimea. Estas son solo algunas de las operaciones más conocidas en la que participó.

Luego de dejar el Ejército Ruso, ya al Comando de los Wagner participó en los conflictos de Libia, República Centroafricana, Mali y Sudan combatiendo al ISIS y asegurando los intereses geoestratégicos rusos en la región. Además junto a su socio Prigozhin participó en empresas de explotación de petróleo, uranio y oro, negocios que entre otros objetivos sirvieron para financiar su organización.

En el año 2021, a comienzos del conflicto Ruso Ucraniano, el Grupo Wagner es llamado a participar en la zona cercana a la Ciudad de Popasna (Prvincia de Lugansk) donde logran capturar cinco ciudades una tras otra, pasando así a ser usados como punta de lanza de todas las ofensivas militares posteriores en que se requería de combatientes con sangre fría e insensibles a las bajas.

Es en este contexto que los Comandantes Rusos junto con Putin comienzan a mirar a este grupo con desconfianza y recelo pensando que en el futuro estos se podrían convertir en una amenaza para la estabilidad de régimen. Algo sobre lo que ya escribimos en Noviembre de 2022.

(Continuará)