Hace ya algún tiempo, no sé si mucho o no tanto, la VISTA LARGA era uno de los íconos paisajísticos de Catamarca que todos conocíamos y utilizábamos por diferentes razones. Está ubicada en plena ruta Nacional 38 en el tramo que va desde la hoy Plaza del Aborígen aproximadamente, en Valle Viejo, y llegaba hasta justo el lugar donde se abría un camino, entonces de tierra o ripio, que llevaba hasta Santa Cruz y Antapoca entre otras localidades. Se encuentra, en cuanto a su ubicación geográfica, en el departamento de Valle Viejo y si no recuerdo mal, tenía una extensión de unos 9 km ( tal vez 7).

Ruta obligada para llegar a la Villa del Portezuelo y naturalmente el ascenso a la Cuesta del Portezuelo. En caso de no buscar estos destinos, camino obligado para acceder al Departamento de Paclín, La Merced, Balcozna, y a través de la Cuesta del Totoral, a las diferentes localidades del Este Catamarqueño, tales como Los altos, Alijilán, Dique de Sumampa, entre muchas otras y la posibilidad de visitar Santiago del Estero y el Frontal de Río Hondo. De ser la intención viajar a Tucumán o al oeste catamarqueño, debía pasarse el límite de Huacra y seguir por la 38 .

Esto simplemente para darle la jerarquía que tenía nuestra VISTA LARGA.

Ahora bien, qué hacíamos en aquella vista larga?. Era el lugar elegido para el aprendizaje de manejo de vehículos de cuatro ruedas y también los de dos motorizados o a tracción a sangre, léase bicicletas. Los paseos por la VISTA LARGA en bicicleta en grupos de amigos, era realmente una invitación al deporte, pero más que ello, a la actividad social que significaba salir en grupo por esa traza sin igual.

Lo que recuerdo como un de los sitios más importantes del trayecto era la antena de radio LW7, Radio Catamarca, donde permanentemente era atendida por conocidas personalidades del mundo de la radiofonía vernácula.

El trayecto que hoy nos ocupa, tenía su finalización de rectitud, casi justo donde salía el camino a Santa Cruz, pues en el lugar había una “estructura montañosa” que interrumpía el trayecto y planteaba una generosa curva, la cual ponía fin a la aventura si es que el objetivo de la misma era precisamente recorrer la VISTA LARGA.

Vale mencionar que si uno venía desde alguno de los destinos mencionados más arriba, hacia la capital de Catamarca, llegaba a ése punto de modo inverso y al pasar la configuración montañosa, se encontraba con la vista de la ciudad y era realmente impactante en aquellos tiempos.

Como fotógrafo, tengo mi punto favorito para tomar vistas del cerro Manchao desde aproximadamente el lugar que hoy ocupa un conocido restaurante. Una rara vista, con enormes eucaliptos en ambas márgenes de la cinta asfáltica, generan una ilusión óptica que hace que el pico más alto del Ambato, parezca mucho mas alto y ni qué decir si éste se encontraba nevado. Alguna vez utilicé ésta imagen para ilustrar una nota en reconocida revista nacional y realmente gustaba y solían manifestarme su agrado los ocasionales lectores.

Para mí, la VISTA LARGA era el camino obligado para llegar a diferentes localidades como Antapoca puesto que me resultaba un ámbito incomparable para conseguir muy buenas fotos de serpientes ( yararás, cascabeles, corales, saperas, ratoneras, conejeras y con suerte una " lampalagua"), y lagartos ( lagartijas y chelcos , por ahí, con suerte una lagarto overo mal llamado iguana) entre otros notables exponentes de nuestra fauna y ni qué decir de las cactáceas con una variedad de formas, y flores que colmaban el espíritu que por aquel entonces se alimentaba casi solamente con los paisajes y habitantes de flora y fauna de nuestra naturaleza.

No voy a olvidar varios sectores con abundante presencia arqueológica y menos aún la posibilidad de lograr fotos de aves, algunas de las cuales resultaban verdaderamente novedosas a cada visita que hacía por aquellos lugares inolvidables.

La Ilustración que acompaña esta entrega, es el sector que tenía esa configuración montañosa, hoy ya desaparecida, que si bien daba fin a la VISTA LARGA, encuadraba una visión de la Cuesta del Portezuelo, que a mi modesto entender la jerarquizaba con una muy particular belleza.