Durante casi cinco meses he sacado, a veces solo, a veces con otra interesante profesional del turismo, notas referidas a nuestra Virgen del Valle y conjuntamente,  las correspondientes a la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, casi sin solución de continuidad y a veces con el aporte de otros excelentes escritores.

Por esa causa tuve que andar trajinando mis archivos fotográficos que, como alguna vez comenté, incluyen fotografías en blanco y negro, negativo y positivo, en color, lo mismo en los dos formatos; posteriormente digitales, sin olvidar las filmaciones en súper 8 mm y Hi 8 mm, lo que transforma un universo imposible de controlar y causante de no pocos enfrentamientos gravísimos con quienes deben mantener la casa ordenada y yo que me ocupo por exactamente lo contrario.

Por bastante tiempo tuve mis programas radiales en distintos medios, con la buena costumbre de grabar cada uno de ellos y fotografiar a los invitados. En este punto debo agradecer infinitamente a todos mis hijos quienes eran los “ productores ejecutivos” de dichos asuntos. En resumen, si sumamos las cajas con casetes y rollos de cintas, la cosa se pone algo peliaguda. Como una nota trágica debo comentar que alguna vez, se rompió un tanque de agua y la pieza que guardaba cientos de testimonios documentales, sufrió una pérdida imposible de recuperar. En verdad no sé si mis dolores eran compartidos por quienes sufrían mis ancestrales desórdenes, pero es asunto para tratar por otro medio.

Vamos a lo nuevo: ayer levanté una foto de la localidad de LA BREA, camino al Rodeo, que data de hace mucho tiempo y desde hoy, no sé con qué frecuencia, iré publicando otras imágenes que salen de mis cajas de pandora y que seguramente podrán traer recuerdos a los lectores o permitir, como el caso de ayer, que mi enorme amigo Víctor Russo, recuerde cómo sus mayores, los perseguían para que tome el “jarabe de brea”, asunto que debe haber causado trastornos psicológicos gravísimos en su notable formación profesional.

Hoy, veremos una diapositiva de la Plaza 25 de Mayo, una de las tantas de hace mucho tiempo, por allá del año 1978.

Bueno es recordar de aquel entonces, los bellos canteros con rosales de diferentes colores y seguramente nombres, los coleccionistas de estas bellas flores, tienen una enorme variedad de “ especies “ en sus coloridas colecciones. Esos canteros eran una belleza y, como el vandalismo era una actividad que por aquel tiempo no figuraba en los catálogos de conducta ciudadana, no eran atacados sino cuidados, entre otros, por el placero conocido por nosotros como “ Palito doblado”, porque siempre andaba con una varilla de vaya a saber que planta, pero seguro que de darle en las canillas a los intrusos que se subían a tales canteros saldrían muy magullados. Esta historia del placero, se remonta a muchos años antes, en realidad no recuerdo si aún vivía en la fecha de esta foto.

Se puede observar entre otros atractivos de la misma, la fila de naranjos sobre el borde que daba a calle San Martín y al fondo de la vista, sobre la misma vereda, la casa del General Navarro, donde se encontraba la confitería de La Esmeralda y el quiosco de Sagripanti.  Nuestra casa y en la planta baja de la misma, donde anteriormente había estado Tiendas Argentinas y la Dirección Provincial de Turismo entre otras , estaba en ése momento ENFOQUE, Servicio Integral de Fotografía, un emprendimiento de quien esto suscribe y EL ACUARIO, Un Zoológico de Cristal,  que como la palabra lo dice, un acuario  que a mi entender fue muy importante.

Una anécdota: una vez, un funcionario de alto rango, había encargado a ciertos lugareños con campos, que si encontraban un cachorro de puma, lo trajesen para él que se los compraría. Una mañana , aparecieron por el local de ENFOQUE los destinatarios del encargue, trayendo dos cachorros de puma, con el mensaje que decía “fulano de tal” que por favor, los dejase en éste lugar que luego pasaría a buscarlos.

Seguramente tenía muy mala memoria pues jamás ocurrió tal cosa y tuvieron que ser adoptados por nosotros. Como eran pequeños, se los alimentaba a leche, pero pasó un día, dos, tres…una semana, dos ,tres y un mes… y más, sin que aparezca el supuesto dueño.

Crecieron bastante, eran muy amorosos pero ya era complicado porque se peleaban entre ellos a causa de celos, por tener “ mimos “ de los / las tenedores. ( Nunca pudimos conseguir que los lleve alguna institución y menos que los suelten en lugar seguro).

No tengo pruebas de quién fue, pero un día, al abrir el local, habían muerto seguramente envenenados.

Obviamente nos causó enorme pena y no era el destino que teníamos reservado, pues en algún momento los llevaríamos a un sitio adecuado para su desarrollo.

Para finalizar digamos que cierta  oportunidad, justamente una pariente cercana del funcionario olvidadizo y otra señora, llegaron al local para hacer alguna compra  seguramente, y oh , Dios mío, detrás de la cortina que servía como fondo para el estudio fotográfico, salieron los dos michos y saltaron por el mostrador, rozando los tapados de las elegantes señoras, con el consecuente griterío y escándalo producto del encuentro de las mismas con las criaturas tan inocentes, que sólo pretendían salir un rato a la vereda a jugar con algún ovillo de lana.

Bueno, pasada esta entrega de hoy, seguiré contando algunas otras que puedan distraerlos por hoy, de tanta publicidad calamitosa en tiempos proselitistas.