El gobierno de Alberto Fernández trabaja en un acuerdo secreto con el país asiático para instalar mega granjas porcinas y abastecer a China. El memorándum, cuya firma se postergó para noviembre, se compone de 11 artículos que refieren a áreas y formas de cooperación, grupo de trabajo, puntos focales, arreglos financieros, cláusulas de confidencialidad y derechos de propiedad intelectual, solución de controversias, obligaciones en virtud de otros acuerdos, efectos legales, enmiendas y duración.

El Gobierno Nacional avanza por provincias con el resistido plan. El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, ya puso la firma por tres complejos en su provincia e inauguró el megaplan porcino en Argentina. Santiago del Estero busca avanzar en la instalación de dos granjas factorías, como se conoció el mismo día a través de la participación del vicegobernador santiagueño, Carlos Silva Neder, en una videoconferencia con Luis María Kreckler, el excéntrico embajador argentino en China, encargado de gestionar los detalles del memorándum que se firmaría en noviembre.

Santiago del Estero asegura que el 21 % de la superficie provincial es apta para el cultivo de soja, con la capacidad de producir de cuatro a cinco toneladas por hectárea. La instalación de dos granjas habilitaría una inversión de 300 millones de dólares. Al igual que Capitanich, también propone “trabajo genuino”.

Se espera que más provincias del norte y el sur del país se sumen a la “subasta” de territorio para la puesta en práctica de los objetivos del memorándum de entendimiento que Cancillería negocia con el Gobierno de China hace ya siete meses y que debieron postergar ante las protestas que ocasionó, pero todo indica que no se demorará ante la persistencia de Felipe Solá y la aceptación de varios gobernadores.

“Cada complejo estará integrado por cinco granjas de 2.400 madres cada una; un frigorífico exportador; una planta de biodiésel; un biodigestor con generación de energía; y una planta de alimentos balanceados”, detalló Sebastián Lifton, ministro de Producción, Industria y Empleo. Para ser “zona de elección” de este megaplan, se requiere un lote de al menos cien hectáreas en una región en la que sea posible sembrar unas 12 mil hectáreas de maíz y otras 5 mil de soja, proveyendo a su vez un millón y medio de litros de agua por día.

Porca Miseria

El gigante asiático está reubicando las granjas fuera de su territorio por el alto riesgo sanitario que implican, tras el brote de fiebre africana porcina que obligó a sacrificar millones de cerdos. Epidemiólogos advierten que nuevas mutaciones de virus pueden saltar “la barrera animal” y contagiar a humanos justamente en este tipo de megagranjas, donde cerdos y pollos son hacinados, sometidos a dietas y antibióticos.

Por otra parte, nada se explica del tratamiento de las toneladas de excremento que producen estos complejos y que no alcanzarán a procesar los biodigestores propuestos. Por lo que indefectiblemente serán vaciadas en los ríos y contaminarán napas.

Además de advertir sobre riesgos ambientales y epidemiológicos, diversas organizaciones de productores desmienten que sirvan para crear “numerosos puestos de trabajo” como sostiene el gobierno, a causa de su alta tecnificación, donde son necesarias pocas manos humanas. Por el contrario, apuestan a aprovechar los criaderos ya existentes y multiplicarlos para satisfacer la demanda china, lo que realmente generaría más empleo y tendría un impacto ambiental menor.

¿Cuidado animal y ambiental?

El memorando intenta posicionar al acuerdo en un marco de respeto por el ambiente, las leyes de protección de la naturaleza y los compromisos internacionales en materia de biodiversidad y cambio climático, promoviendo “buenas prácticas ambientales”. En términos legales generales contrasta con la velocidad y la falta de transparencia en el avance de las negociaciones.

El avance del sistema de producción industrial masivo, con características de factoría ( feedlots), hacina a cientos de animales en espacios cerrados y completamente reducidos, donde la vida de las madres se reduce a parir cerdos y la de los padres, a servir las chanchas. Su vida transcurre por completo en cubículos donde el cerdo entra a la perfección sin un centímetro libre para moverse y donde no conocen la naturaleza.

Estas condiciones deprimen la respuesta inmunológica, ya desfavorecida por la uniformidad genética propia de la cría en estas granjas, lo que implica la pérdida de diversidad en los sistemas inmunológicos. Los animales se encuentran fuertemente medicados, siendo la excreción de estos fármacos potencialmente peligrosa para la salud humana y generando las condiciones para la aparición de patógenos resistentes a los antibióticos.