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Cultura

Vicisitudes del Padre Esquiú en Bolivia y Perú

ALBERTO ORTÍZ

“…Un  día, el P. Esquiú recibió una comunicación del señor Arzobispo de la Plata, Moseñor Puch, invitándolo para asistir a una solemne función que tendría lugar el 29 de Junio, día de San Pedro. El P. Esquiú se apresuró a contestar á S .I. y R. que cumpliría su mandato: Al siguiente día fue puntual en asistir a la Catedral, donde el Sr. Arzobispo había hecho colocar frente á su dosel un asiento de especial distinción. Así que entró el P. Esquiú, se le colocó en el asiento expresado, teniendo dos asistentes de honor, que eran dos miembros distinguidos del clero boliviano. Empezó la función y luego el sermon, que todos esperaban fuera el peregrino del primer Pontífice  de la Iglesia Católica Romana; pero no sucedió así: el orador empezó á hacer el elogio del P. Esquiú, ponderar sus virtudes, sus austeros ejemplos de humildad, su ascendrada caridad y sabiduría. Todas las miradas convergen hacia la persona del fraile querido, viéndole presa de indecibles torturas; ora se ponía lívido como un cadáver, ora encendido como una flor del granado, sus ojos estaban arrasados, en lágrimas, su pecho se levantaba y latía con violencia, su rostro descompuesto acusaba los tormentos porque estaba pasando su alma, elevaba su mirada al cielo, luego la bajaba y buscaba donde posarla, encontrándose por todas partes con la mirada fija y animada de todo el inmenso concurso. Eso: el mas afrentoso de los suplicios no le hubiera causado tantas angustias!  A todo esto, el orador continuaba, siendo cada vez mas los colores de su aleta, como que tenía materia suficiente para estenderse. Pero el P: Esquiú no pudo resistir mas|: se levanta, se abre paso por la apiñada concurrencia, sale de la Iglesia y con paso acelerado se dirige al Convento y entrando á su celda, apenas puede decir á su compañero: “Me siento muy mal, hijo de mi alma, hazme un poquito de café, no sé lo que me pasa”. En seguida queda solo y se oyen gemidos!. El P.Esquiú recién podía desahogar su corazón! Se le trajo el café, lo tomó a grandes sorbos, sin pronunciar una palabra, y á las insistentes preguntas que le hacía el que le servía, contestaba, “ nada, hijo, nada, nada”. Se encerró y no se dejó ver de nadie para sustraerse a todo acto de felicitación o cortesía por lo que él reputaba una profanación horrible.

En Bolivia ocupaba frecuentemente la cátedra del Espíritu Santo el P.Esquiú. Era el verdadero misionero apostólico. Su vida no podía ser más laboriosa. Al anuncio de que predicaba Fr.Mamerto, el templo era pequeño para contener a todas las principales categorías, en letras, ciencias, magistratura y posición social. Por supuesto, todos querían tener el honor de felicitar al modesto franciscano pero era imposible: bajaba del púlpito para soterrarse en el último cuartujo del convento, allí se echaba llave y permanecía todo el día, y para comer se iba a la cocina.

El Dr. D. Mariano Baptista, la figura mas culminante de Bolivia por su ilustración y vastos talentos, acababa de regresar de un largo viaje por Europa. Supo que el P. Esquiú debía predicar y quiso escucharlo, pues no lo conocía, si bien había  oído hablar mucho de él. Concluído el sermon, decía un círculo de amigos: ”Tenemos en América un orador de mas talla y mas ciencia que el P. Jacinto, , á quien he escuchado varias veces en París, En el P. Esquiú hay mas doctrina, mas fondo, mas reflejo de la verdad que enseña, que en el P. Jacinto, en quien si hay mas literatura y mas encantos oratorios, le falta esa fuerza y poder que lleva el pleno a su auditorio”. Y dirijiéndose á un argentino que hacía parte de dicho círculo, añadía:” Felicito  en V. a la República Argentina  por la gloria de contar con un Fr.Mamerto Esquiú entre sus prohombres mas notables, como me felicito por el señalado honor que nos hace á los bolivianos, residiendo en este país y edificándonos con sus luces y sus virtudes”. Seguido de cuantos le rodeaban, se dirigió a la celda del P. Esquiú, para tener la honra de felicitarlo; pero no se cumplieron sus deseos: el encomiado orador habíase encerrado y solo mandó pedir disculpas por no recibir á los personajes que querían verle. Despues el Dr. Baptista ha sido amigo íntimo del P. Esquiú

Se sabe que el P. Esquiú renunció el Arzobispado; pero no se sabe las lágrimas que derramó, ni las súplicas que hizo para que le ayudasen á fín de trasladarse al Perú. No tenía recursos y fue necesario levantar una suscripción para que pudiera ver cumplidos sus votos de internarse en los desiertos. No es que el sacerdote querido y amado no contára con personas munificentes, sino que todos querían verlo con la mitra en la cabeza. De ahí que no se hubiera colectado en diez minutos una cantidad más que suficiente para el viaje. Mas, cuando se convencieron todos que la resolución del P.  era inquebrantable y que estaba dispuesto á marcharse á pié, las bolsas se abrieron, quedando pasmados de tan rara y sublime abnegación.

Se sabe que anduvo en peregrinación por el Perú, pero no se sabe que una noche, transido de frío y de fatiga, llegaba a la puerta de un convento, en un lugar apartado y llamaba a su puerta demandando hospitalidad. El portero abrió una pequeña ventanilla y preguntó: “  ¿ Quién es? ¿”- “ Yo soy hermano, un pobrecillo fraile peregrino que pide hospitalidad en esta santa casa, por caridad y por amor de Dios”. Contestóle el P. Esquiú. El portero estrañó que a tales horas llegase un fraile peregrino pues de la comunidad no faltaba ninguno, y notándolo el P. Esquiú, volvió a decirle-“ Soy forastero, hermano, no conozco a nadie en este lugar; hágame el favor de ver al P. Guardían  y decirle de mi parte me haga el señalado servicio de darme hospitalidad., se lo ruego , hermano”- “ ya está recogida la comunidad, se limitó á replicar el portero, temiendo sin duda , ser engañado por alguna gente desocupada. El P. Esquiú se retiró entonces…. Al amanecer volvió y preguntó por el P. Guardián, pidiendo que se le concediera un albergue, el cual le fue proporcionado. Dio gracias y demostró su contento por tan caritativo favor, y sacando las cartas de recomendación que llevaba, y que antes no quisiera presentar, suplicó le fuesen entregadas al P. Guardían . Cuando éste se enteró de su contenido, corrió a donde estaba el P. Esquiú, á pedirle disculpas por el mal tratamiento que se le había dado y trasladarlo á otra celda de distinción, rodeándolo de todo género de consideraciones: Su contestación fue pedir perdón al Guardian por las molestias que les había dado y significarle que en esa celda estaba perfectamente bien y no deseaba pasar a otra”…

ALBERTO ORTÍZ

NOTA: EL PRESENTE ESCRITO FORMA PARTE DEL QUE CON MAYOR EXTENSIÓN Y NOTABLE CONTENIDO, ALBERTO ORTÍZ COLOCA BAJO EL TÍTULO DE “ EDITOR” EN EL INGRESO DE LA OBRA LITERARIA : Fray Mamerto Esquiu, Apuntes Biográficos, Tomo I, Córdoba 1883.

Vale mencionar que, en el contenido del inicio de la obra, se encuentra abordado el tema relacionado a Fray Mamerto y Felipe Varela, que daré a conocer en próxima entrega.

Mi propósito es, en modo alguno pretender recoger halagos por estos trabajos de publicar notas del libro reiteradamente mencionado, sino la creencia sincera que puede ser de interés de los habituales lectores y, tal vez, enterarse de algunos aspectos no tan conocidos de nuestro Fray Mamerto Esquiú. Al participar las mismas a quienes supongo puedan ser interesados, les ruego me comuniquen por cualquier medio, si no desean que les haga llegar tales contenidos.

Muchas gracias. A.L.O.

Arzobispo de La Plata Bolivia Fray Mamerto Esquiú Perú

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