Este último acuerdo fue sin conflicto. Pero los bancarios, cercanos a Cristina Kirchner, anunciaron un paro para fines de este mes. Les ofrecieron 50%, pero piden más del 60%. Las tensiones se multiplicarán.

Los desaguisados que genera la inflación en los contratos se confirman en las cifras oficiales y preocupa al Gobierno, pese al optimismo presidencial en José C. Paz sobre las posibilidades de reelección en 2023. De hecho, la aceleración de los precios en el primer trimestre –que afecta a todos, pero principalmente a los menos pudientes– fue la palanca que terminó activando el “IFE acotado” lanzado por Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, a comienzos de esta semana con la intención de frenar la licuación de ingresos.

Ese festival de bonos busca contrarrestar una tendencia que los especialistas empiezan a observar: la mejora de la pobreza e indigencia lograda en 2021 comienza a erosionarse rápidamente con el rebrote de la inflación. Los números avalan a los expertos. La Canasta Básica Total (CBT) –que marca el nivel de pobreza– acumuló en el primer trimestre del año 17,8% contra 14,5% en el segundo semestre del año pasado. La Canasta Básica Alimentaria (CBA) –que delimita la indigencia– acumuló en tres meses de este año 20,9%, mientras los últimos seis del año pasado había avanzado un 16%.

Tanto la CBT como la CBA (datos tomados sólo para el Gran Buenos Aires) muestran en el primer trimestre un alza mayor al índice de precios al consumidor (IPC) en el mismo período. La primera subió 17,8%; la segunda, 20,9%; mientras que la inflación acumuló 16,1%. Se trata de un efecto justamente inverso al registrado desde la mitad del año pasado hasta diciembre. Entonces, la CBT y la CBA fueron levemente por debajo de la inflación gracias a congelamientos oficiales de precios de alimentos y energía en un contexto de elecciones. Volver a congelar esos rubros implican renunciar al equilibrio macroeconómico, al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hacer crujir las relaciones con el sector privado empresario.

El dato más actual

La valorización mensual de la CBA y de la CBT de marzo difundido por el Indec certificaron hoy la preocupación oficial por el tema. Para no ser pobre, una familia tipo necesitó el mes pasado $89.690, o sea, $2893 por día. Se trató de un incremento de 7% en el mes, tres décimas por encima de la mayor inflación mensual (6,7%) registrada en los últimos 20 años. En doce meses, los valores de esa canasta se encarecieron un 47,3%.

Para no ser indigente, esa misma familia requirió $39.862, según la CBA. El aumento fue de 6,5% mensual (dos décimas por debajo del IPC de marzo) . En doce meses, el alza de estos alimentos básicos fue de 55,2%, según el organismo.

El Ministerio de Economía dio su visión ayer sobre la mejora del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), pero olvidó mencionar el alza de las canastas.

“Todavía no puede decirse con total certeza, porque no hay ningún dato sobre ingresos, pero creo altamente probable que haya crecido la indigencia y seguramente también la pobreza en este trimestre”, afirmó a LA NACION Leopoldo Tornarolli, investigador del Cedlas-UNLP.

“¿Qué impacto pueden tener los bonos lanzados para trabajadores informales, monotributistas y jubilados en los datos de pobreza e indigencia en el segundo trimestre?”, le preguntó este medio. “Recién se paga desde mayo [son en cuotas], así que en la encuesta [Encuesta Permanente de Hogares del Indec]recién se capta a los entrevistados en junio y se pregunta por el ingreso del mes anterior”, explicó el especialista y cerró: “Obviamente impacta favorablemente en el bienestar de los hogares beneficiarios. Donde creo que va a impactar poco es en la medición de pobreza”.

Una tendencia similar espera el experto de Idesa, Jorge Colina. “Hay una aceleración en las canastas y eso va a aumentar la pobreza”, dijo. “Los ingresos de los informales venían creciendo por debajo del 50% y ahora las canastas están por encima [sólo la CBA]”, dijo Colina.

“En 2021, sobre finales del año, se desaceleraron ambas canastas y eso permitió que la pobreza termine por debajo del 40%; ahora, con una nueva aceleración de las mismas, es probable que vuelva a estar arriba de esa cifra”, proyectó Colina.

“El desafío más complejo, consistente con la historia argentina, ha sido el problema inflacionario y el contexto de la guerra en Ucrania ha intensificado las presiones”, advirtió Guzmán en el foro de ministros y presidentes del bancos centrales del G-20 en Washington. Fue luego de que la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva volviera a remarcar lo que la mayoría de los argentinos ya siente: “El gran riesgo es la inflación”.

Francisco Jueguen