Mal planificada, mal diseñada, mal construida, mal emplazada. Toda improvisación y lo peor es que no solo es una obra aislada en dónde se erró en todo y fue una excepción. No, así es la matriz de toda la provincia de Catamarca, porque somos un Estado dependiente casi al cien por cien del poder central, entonces el despilfarro de recursos financieros transita por los carriles del “viva la pepa”, gobierne quien nos gobierne. Cuando no hay rendición de cuentas real, funciona el barril sin fondo. Y esa matriz es la que debemos desterrar de una vez y para siempre.

Lamentablemente hay decenas de estos casos y se siguen contratando obras con historias parecidas, en dónde solo se busca un resultado mediático, un impacto propagandístico del burócrata de turno, o un redito electoral y poco importa el futuro de la inversión y se termina dilapidando recursos, una y otra vez.

Haciendo un simple silogismo de tres pasos, si en Catamarca los sucesivos gobiernos han hecho todo mal, los resultados han sido malos, horribles, siempre. Un segundo paso del razonamiento deductivo lógico sería así, si en Catamarca los sucesivos gobiernos hubieran hecho todo más o menos, los resultados también habrían sido malos. Por último, la conclusión lógica y utópica sería que en Catamarca algún gobierno, ni el actual ni los anteriores, uno distinto, hiciera bien las cosas para obtener buenos resultados. Es lo que la gente sigue esperando, aunque ellos mismos también son parte del problema, porque siguen empeñados en votar inoperantes en cada oportunidad electoral que se presenta.

Además de la inutilidad de los sucesivos administradores, la Hostería “Polo Giménez” sufre desde el mismo día de su creación, los vaivenes de la mezquindad política, además de la desidia y la inoperancia. Nadie tiene idea de cómo se desarrolla un proyecto serio, van al “tun tun” improvisando constantemente, porque si algo los caracteriza es que no están preparados para administrar la cosa pública sino para ganar elecciones y retener el poder, ¿Para qué?

El modelo de gestión, es un modelo agotado de que el estado debe hacer todo cuando está demostrado que hace casi todo mal. Los números de la CEPAL son contundentes y dimensionan el fracaso de Catamarca en los últimos 20 años. Pero no caigamos en la tentación de referirnos a la provincia, que es hermosa por naturaleza, sino a la perimida clase dirigente, la que manda desde hace más de dos décadas y es la autora material del fracaso de la hostería y del desarrollo productivo y sustentable de la provincia.

Hay que empezar a cambiar la matriz de inversión en dónde los capitales privados tengan más injerencia en la generación de producto. El estado debe invertir en generar las condiciones propicias para que los capitales privados puedan desarrollarse, siempre y cuando sea un proyecto viable. Caso contrario, habría que colocar el telescopio donado por Isauro Molina al municipio de Valle Viejo y dejar el lugar como un simple observatorio y fin de la polémica.

El estado sobreprotector, que hace todo, con lo burócratas que creen que todo se soluciona con la máquina de hacer dinero, han fracasado de manera estrepitosa y han provocado un retroceso que se refleja, entre otras graves cuestiones sociales, en un índice aterrador de pobreza que supera a más de la mitad de la población estable de la provincia.

En definitiva, la hostería Polo Giménez es un indicativo muy importante que vamos por el camino equivocado. Las declaraciones de uno y otro lado también demuestran que no nos damos cuenta de cuál es el objetivo. Se desviaría para tratar de proteger la postura del bando en que se encuentran, que por otro lado es circunstancial. ¿Dónde el preguntarnos hacia dónde vamos, que queremos o qué debemos hacer? no figura en las prioridades de nadie.

Sin objetivos, sin prioridades y sobre todo sin planificación seguiremos a la deriva. Dependiendo cada vez más del poder central. Y un párrafo aparte merecen los principales medios periodísticos de la provincia que hoy se rasgan las vestiduras dando consejos prácticos acerca del destino de la hostería, pero antes llenaron sus redacciones de noticias “pagas” por los gobiernos de turno para presentar loas por lo que a la postre terminó siendo un fracaso estrepitoso.

Por todas esas razones y por otras tantas más, la hostería “Polo Giménez”, es un monumento a la desidia e inoperancia de los fracasados que nos siguen gobernando.