…a propósito del (nuevo) recorte en el presupuesto educativo nacional

Hemos sostenido anteriormente que en atención al Informe publicado por el Observatorio Argentinos por la Educación sobre las proyecciones del Presupuesto Educativo Nacional para el año 2023[1] una verdad irrefutable surge irremediablemente: la de ver la educación como una variable de ajuste, del ajuste de ayer, del ajuste de hoy y del ajuste por venir, pues la proyección presupuestaria para el año 2023 sostiene un ajuste de -15,5% con relación a la proyección de cierre del presente ejercicio 2022 que de por sí ya viene con ajustes efectuados recientemente del orden del 5% sobre lo proyectado, que se suman a los ajustes interanuales de los años 2018 (-9,2%), 2019 (-6,9%) y 2020 (-15,6%), convirtiéndose el presupuesto 2023 para educación, en uno de los más bajo de la última década.

Variación porcentual en términos reales por jurisdicción.

Proyecto de Presupuesto 2023 contra proyección para 2022 del Mensaje del presupuesto

Fuente: Curcio, J., Catri, G. & Nistal, M. (2022). Presupuesto educativo nacional 2023. Observatorio Argentinos por la Educación.

Como se desprende de la lectura del gráfico anterior, muchas jurisdicciones presupuestarias verán menguados sus recursos, no sólo la Educación sufrirá un recorte del 15,5% , sino que en otras importantes áreas del Estado, como Salud, Desarrollo Social, Ambiente y Desarrollo Sustentable y otras,  se prevé una fuerte ajuste y  reasignación en beneficio principalmente de los Servicios de la Deuda Pública y de las Obligaciones a cargo del Tesoro, para honrar el acuerdo al que arribó el país con el FMI, ese acuerdo que nos dijeron no iba a ser a costa  de las y los argentinos.

En medio de la discusión que por estos días se abre en el Congreso de la Nación, diversas voces desde el oficialismo y la oposición se han cruzado duramente, las primeras argumentando que se han hecho correcciones en el tratamiento del proyecto en el seno de la Cámara de Diputados, que han mejorado los recursos que el Ejecutivo había asignado en el proyecto. En tal sentido en el debate que por estos días se libra en el Senado de la Nación, se ha informado que por el artículo 130 del proyecto de ley en tratamiento se incorporaron ciento ocho mil setenta y ocho millones de pesos  conforme lo informó la Oficina de Presupuesto del Congreso que “no afecta el nivel total de gastos por lo que se espera que esas adecuaciones impliquen una reducción en otros gastos o bien un incremento del gasto posterior a la sanción de la Ley con el incremento del financiamiento respectivo…” –que en buen romance significa compensaciones que significará que a alguien se le quite para darle a otro, lo que en la jerga se llama “dibujo presupuestario”-.

Desde la oposición han seguido remachando sobre el recorte a la Educación, quizá olvidando sus prácticas cuando les tocó ser gobierno, pues ya vimos que el ajuste fue sistemático en los años 2018 y 2019.

Conforme la situación de la economía nacional, todo hace prever que más allá de los retoques efectuado en el seno de la Cámara de Diputados, al tiempo de su ejecución habrá restricciones para el próximo año.

El titular de la cartera educativa nacional ha expresado que lejos de recortes habrá expansión de recursos para Educación y, al tiempo de salir al cruce de las críticas de la oposición señaló que “…en 2019 los que hoy señalan con el dedo habían puesto en educación el 1.1% del PBI…el presupuesto que está mandado al Congreso invierte 1.29. O sea, es 0.2 % más que es un montón de recursos"[2].            Si bien es cierto que la descentralización de los servicios educativos que se produjo en los años noventa del siglo pasado implicó, en los hechos, que las jurisdicciones provinciales asumieran en dicha  transferencia casi el setenta y cinco (75%) por ciento del presupuesto educativo, por lo que los recursos en el sector incluido en el presupuesto nacional se limitan a cubrir una proporción minoritaria del total de los recursos que la Argentina destina a la  Educación, no menos cierto es que la voracidad fiscal de Nación respecto de los estados subnacionales implicó con el correr del tiempo,  cada vez mayores detracciones  en la distribución primaria de los fondos en perjuicio de las provincias, por lo que ambos estamentos siguen incumpliendo ese compromiso básico de sostener un piso no menor del seis (6%) del PBI destinado a Educación.

Siguiendo con las expresiones del Ministro de Educación de la Nación respecto de la discusión abierta en torno a los recursos que el proyecto de presupuesto 2023 destina a su cartera -recursos que en casi un cincuenta por ciento son destinados a las Universidades Nacionales-, es cierto que en materia de apertura programática al interior del Ministerio hay algunos programas que se verán fortalecidos en términos de mayores fondos, lo que de ningún modo implica que se vean consolidados en el cumplimiento de sus objetivos, pues todo depende de la eficacia y eficiencia  en su ejecución.

Entre los programas beneficiados, la nave insignia de la cartera educativa, el Programa “Conectar Igualdad” es uno de los pocos que verá incrementado sus recursos para el próximo año, a la par de los Programas de Formación Docente y de Políticas Socioeducativas, en los que se incluyen diversas acciones de carácter troncal que se ejecutan a través de las jurisdicciones provinciales.

Variación porcentual en términos reales por programa del Ministerio de Educación de la Nación.

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Proyecto de Presupuesto 2023 contra crédito vigente 2022

Fuente: Curcio, J., Catri, G. & Nistal, M. (2022). Presupuesto educativo nacional 2023. Observatorio Argentinos por la Educación.

Por el contrario, otros programas que ejecuta la cartera educativa nacional como los de “Mejoramiento de la Calidad Educativa”, “Infraestructura y Equipamiento”, “Fondo Nacional de Incentivo Docente”, “Fortalecimiento Edilicio de Jardines de Infantes” o de “Información y Evaluación de la Calidad Educativa”, correrán con una suerte distinta pues en todos ellos se prevé reducción o merma de recursos, y esto impactará de lleno en todas las provincias, y en el sistema educativo en su conjunto.

Empachados por estas discusiones donde prima en el debate si un informe es veraz o tiene deficiencias metodológicas, donde se dibujan y desdibujan porcentajes y comparaciones sobre proyectado o ejecutado, donde el oficialismo y la oposición se arrojan misiles de todo calibre atribuyendo al otro la responsabilidad de todos los males de la República, nos hace falta habilitar un debate serio  de la POLITICA EDUCATIVA desde la política, esa  en la que debemos anteponer la organización de la convivencia como quehacer ordenado hacia el Bien Común que John Rawls lo definió como el establecimiento de ciertas condiciones generales que son de ventaja para todos.

Ventaja para todos y no sólo para algunos -repito, para todos y no sólo para algunos- que, en situaciones de crisis muestran sus rostros más miserables, casi haciendo gala de su condición de oportunistas, de buscas acechando una presa que es la República, que somos todos, aun cuando  la sensación de vivir a la intemperie esté instalada en mucho de nosotros,  deudos unos de otros, deudos del ideal comunitario que habitamos una Nación de desamparados, una comunidad de solos que no tiene quien la represente, en palabras de  Santiago Kovadloff.

[1] Curcio, J., Catri, G. & Nistal, M. (2022). Presupuesto educativo nacional 2023. Observatorio Argentinos por la Educación.

[2] https://www.ambito.com/informacion-general/jaime-perczyk/perczyk-nego-recorte-educacion-y-asegura-que-habra-expansion-n5567222

(*) Ex Ministro de Educación

Referente de Argentinos por la Educación