La ola de agresiones se desató a raíz de un debate en redes sociales que se originó cuando una persona de EE UU preguntó en Twitter por qué no había jugadores negros en el seleccionado argentino. El posteo incluyó un link a una nota de Goñi del año pasado en el diario británico The Guardian sobre los afrodescendientes en Argentina.

La primera reacción fue acusar a Goñi de ser agente de la CIA. A eso siguieron unos 2600 insultos y amenazas de muerte en Twitter e Instagram e, incluso, algunos que aseguraban que había sido hallado muerto. Ante la embestida virtual, Goñi terminó decidiendo restringir el acceso a sus redes. 

A su vez, en un programa de radio, sin mencionarlo por su nombre e indentificándolo como “un periodista estadounidense” (sic), se lo acusó falsamente de manipular “con un filtro blanqueador” una foto de la selección argentina, con la supuesta intención de resaltar la ausencia de afrodescendientes en el equipo.

FOPEA expresa su absoluto rechazo a la violenta situación vivida por Goñi, advierte que el ciberacoso impulsado por los discursos de odio tiene un fuerte impacto a nivel personal en los colegas y configura una violación a la libertad de expresión y al derecho a trabajar.