Cuando tengas que definir desgarro, pensá en un padre de oro, que sólo vivió para sus hijos, despidiéndolos en Ezeiza.  Pensá en una madre que los crió con alas, viéndolos volar porque acá...se mueren.

Cuando busques responsables de por qué un siglo después, los descendientes de los inmigrantes emigran, pensá en los que piensan con el bolsillo y votan delincuentes. A esos que dejan libres a los asesinos que te meten miedo a la hora de salir de tu casa.

Hago responsables de mi desgarro de este día, a todos los que los últimos 100 años se dedicaron a desplumar y desangrar a la gallina de los huevos de oro. A todos los que tuvieron una cuota de poder, desde Presidentes hasta Consejeros escolares.

Pero muy particularmente, a los que voté y jamás cumplieron mis mínimas expectativas. A los que votan delincuentes, sepan que los odio, visceralmente. Gracias por ser cómplices del dolor.

Nadie puede decirme que no lo intenté. En el fondo de mi corazón sigo siendo "La Yoly " de Made in Lanús. Hoy...no se me crucen: tengo el odio a flor de piel y las puteadas a flor de labios.

Me da vergüenza llorar frente a las madres que tuvieron que enterrar a sus hijos. No puedo imaginarme ese dolor. Por eso alenté las alas. Por eso les hice jurar la noche del 27/10/19 que se irían, aún sin mí.

Quiero que vivan.

Pero...la puta que duele el fracaso de este país y su gente.

A partir de hoy, hay uno a salvo.