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Tendencias

¿Cómo elegir las zapatillas correctas para hacer deporte?

Un dicho popular dice que: "lo que es moda no incomoda".....pero en el caso del calzado deberíamos tener ciertos recaudos a la hora de elegirlos para la
práctica deportiva ¿por qué?, leamos el siguiente artículo nos aclara muchísimo el tema

Hace 30 o más años, todos los que practicábamos deporte, podíamos elegir entre cuatro o cinco tipos de zapatillas deportivas. Eso era lo que había, y con eso teníamos que conformarnos. Hoy en día, con el avance tecnológico y según todos los profesionales, podemos elegir el calzado en función del deporte que vamos a realizar, cada marca tiene varios modelos para un deporte específico, con lo que el factor estético entra en juego. Elementos como el colchón de aire, la cámara de aire, el sistema torsión y los materiales viscoelásticos son desarrollados por la tecnología para ayudarnos en nuestros requerimientos deportivos.

Hay diferentes formas del pie que tienen que ver con posiciones fetales o malformaciones, lo que obliga a observar muy bien el tipo de calzado a los fines de evitar agravar o sufrir lesiones. El problema surge cuando el calzado deportivo no se abrocha, se abrocha mal, flojo, llegando a provocar desplazamientos involuntarios del pie en el interior de la zapatilla, pudiendo provocar daños en la planta o dorso del pie, lesiones en los ligamentos, tendones, huesos y los famosos esguinces de tobillo, tan

comunes y que tantos problemas dan sobre todo en la adolescencia, donde una vez sufrido, se curan mal en muchas ocasiones y dan lugar a esguinces crónicos o ligamentos laxos.

Esto no quiere decir que tengamos que llevar el calzado tan apretado que nos corte la circulación, si apretamos demasiado, pueden llegar a aparecer trombos o hematomas, ya que después de atarnos las zapatillas, realizaremos ejercicio y el pie se dilatará, con el consiguiente aumento de la presión en el pie y los

dolores musculares.

Cuando se hace ejercicio, las cargas mecánicas que se originan, van a incidir directamente sobre el pie, y si la intensidad del ejercicio es muy alta, estás cargas pueden llegar a originar lesiones en el aparato locomotor (estructuras óseas, ligamentosas, tendinosas y musculares). Es entonces cuando el material deportivo, en concreto el calzado, debe evitar que estás lesiones se produzcan, ya que si llevamos un calzado ajustado a nuestras necesidades y características personales, nos protegeremos de estos riesgos.

Hay zapatillas específicas para cada deporte o actividad física, así que, en la medida de las posibilidades, compre la zapatilla que más se ajuste a lo que haga, sobre todo el tipo de suelo que va a pisar con las zapatillas. También existen zapatillas denominadas "Training", que son zapatillas mixtas, que tienen un uso todo terreno, valen para todo aunque es mejor no jugar al fútbol con ellas. Ojo a las zapatillas denominadas de Tiempo Libre, que además suelen ser bastante caras, responde más a la moda que a las necesidades deportivas, son las menos indicadas para hacer deporte. Cómodas y gruesas, están pensadas para ir de paseo, pero no para hacer deporte. Si se usan para eso, son más peligrosas que llevar zapatos, porque no le vamos a pedir a unos zapatos, que tengan el agarre, la sujeción, la flexibilidad o la amortiguación de una zapatilla, con lo que no esperamos esas características de ellos, pero podemos pensar que estas zapatillas sí tienen estas características, pero no es así, nos las ponemos, nos vamos a practicar algún deporte o simplemente a correr con ellas y a partir de ahí, pueden comenzar muchos y graves problemas.

Los pies, son todos diferentes, unos tienen pie plano, otros pie cavo, y así hay varios tipos de pie. Además, el que va a llevar la zapatilla, puede ser hombre, mujer (pensar en su mayor movilidad articular, mayor elasticidad así como unos pies más estrechos y pequeños), niño (que están creciendo y habrá que dejar algo más de espacio para evitar compresiones), puede medir o pesar cualquier cosa, y son datos a tener en cuenta. Muchas marcas, ofrecen zapatillas especificas para un deporte concreto y para una configuración de pie especifica, por ejemplo, en la carrera continua, el talón soporta tres veces el peso del cuerpo en cada apoyo, de manera que un calzado con amortiguación, será el tipo ideal, hay que prestar especial importancia a la amortiguación, sobre todo si existe sobrepeso en el practicante o cuando los suelos sobre los

que se va a practicar son duros, como el asfalto o el cemento.

Algunas marcas deportivas utilizan las cámaras de aire o de gel así como materiales viscoelásticos que proporcionan una amortiguación extra, pero tampoco hay que pasarse con esto, ya que si estamos demasiado amortiguados, no tendremos una sensación y percepción buena de por donde pisamos, y puede ser peor el remedio a la enfermedad. La suela es muy importante, ya que en terrenos naturales elegiremos suelas con surcos profundos que permitan que la materia (esperemos que sea tierra) que pisemos pueda evacuarse correctamente (si hemos pisado algo desagradable aunque suene a broma, hay que intentar no raspar la zapatilla por el suelo como poseídos, ya que al hacer fuerza extra sobre una parte pequeña, podemos dañar la zapatilla.

El agua es la mejor solución). En asfalto, madera o materiales sintéticos, los surcos pueden ser menos profundos, y en campos de hierba o similar, los tacos (de goma o aluminio) son los más recomendables. Así pues, hay que acudir a un médico para que determine que pie tenemos (algunos profesionales, pueden determinarlo en las mismas tiendas), y en función de eso elegir.

Evidentemente, esto depende del gusto de cada cual. Y la caña (altura en el talón) depende del tipo de deporte y estado del tobillo. La caña alta, es fundamentalmente exclusiva para la práctica del básquet, protege de los esguinces, pero a cambio limita la movilidad del tobillo e incide negativamente sobre el rendimiento.

Una vez con las zapatillas que tenemos (que nos gustan, podemos pagar, son adecuadas para nuestro deporte y específicas para nuestro pie) comprobaremos que el interior, sea suave y carezca de costuras que nos puedan provocar abrasiones o rozaduras. La base donde va el talón, debe ser suficientemente amplia y con amortiguación para el impacto. La suela, que debe ser lo bastante blanda como para que agarre y lo bastante dura, como para que no vayamos dejando "zapatilla" en las pistas.

Hay que tener en cuenta que el calzado que se usa en una práctica deportiva concreta, no se debería usar para ir por la calle. Nos las probaremos con el tipo de media que habitualmente usamos para hacer deporte, preferiblemente por la tarde o bien después de una caminata de 20 minutos, ya que el pie estará lo suficientemente dilatado por todo el trajín diario, y estaremos andando por el negocio con ella al menos 5 minutos y por supuesto con las dos zapatillas puestas, probarnos medio talle más de la nuestra para comprobar comodidad, que el talón esté bien calzado, que el dedo gordo no se monte en los demás y que estos se pueden mover (más o menos un centímetro entre el dedo gordo y la puntera). El talle es fundamental, es el calzado el que debe adaptarse a la forma del pie y no al contrario, además añadir a esto, que el uso de medias sin costura evitará abrasiones y rozaduras en la actividad física.

Una vez comprobado todo y satisfechas todas nuestras exigencias, tendremos el calzado apropiado para nosotros, pero tengan en cuenta que si los abrochamos mal, todas estas precauciones no valen absolutamente para nada además del daño que pueden provocar.

Dr. David Sznajderhaus

MN 70.630

Médico Deportólogo

Running zapatillas para correr

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