Pero dentro de su inexperiencia para gobernar hay algo que demostró aprender rápidamente y practicarlo de inmediato, manejar sin discreción el erario público, vulnerando uno de los principios y promesas de campaña política en la que había prometido, transparencia en su gestión.
Para esto eligió rodearse de un grupo de “personajes” que ya habían pasado por la función pública en la que “mancharon” sus manos con actitudes deshonestas y al darles el rol de funcionarios pusieron en práctica rápidamente sus experiencias del beneficio y engrandecimiento de su peculio en desmedro de la sociedad, algo que la primera mandataria nunca reprochó y termino avalando con la ratificación de sus cargos.
Por otro lado la obsecuencia de los concejales del PJ. le permite cumplir su cometido, ya que siempre mostraron una postura incondicional al ejecutivo frenando todo tipo de pedidos de informes que realizan los ediles de la oposición que intentan controlar el accionar del ejecutivo.
El primer paso que dieron para empezar a manejar dinero sin discreción, fue el del aporte que realizan más de 80 funcionarios de manera mensual, (entre ellos varios radicales que son parte del gabinete) a un promedio de $1.500 per cápita. Nadie sabe, ni se animan a preguntar quién controla o que destino tiene todo el dinero que se recaudó en estos casi 4 años.
Otro dinero “fresco” que recibe el municipio son los que genera el turismo, a través de la hostería municipal, las cabañas en las termas y el cobro de ingreso al complejo termal (personas, vehículos casillas, etc.), en éste último ninguna rendición (que se hace quincenal) es inferior al millón de pesos mensual, una única rendición pública, en sus primeros meses de gestión, mandó a hacer la Intendenta, más allá de prometerle al pueblo una y otra vez que lo iba a realizar mensualmente, nunca más lo hizo y dispone de estos fondos “a piacere”.
Paulón a seis meses de haber asumido su gestión, empezó a solicitar empréstito para la construcción de obras, el primero fue el 7 de junio del 2016, por un monto de: $5.482.720,14, luego le siguieron tres prestamos más, ascendiendo en la actualidad a una deuda de: $22.287.277,85, más allá que los proyectos están aprobados y financiados, muchos de ellos tienen un porcentaje muy bajo de avance de obra y en otros casos ni siquiera la iniciaron.
Paulón nunca dio una explicación, porque no invirtió el dinero que recibió para las obras planificadas, se maneja con un cierto grado de impunidad y a sabiendas que desde el Concejo Deliberante nunca prosperará algún pedido de informe del bloque opositor, porque el oficialismo lo frenará, avanza considerando que nadie podrá decirle nada.
También en época estival, las lluvias y crecidas de ríos que provocan aislamiento de las pequeñas localidades de la zona norte, es una situación que Paulón maneja a la perfección, realizando escenas teatrales en las crecidas de los ríos para lograr que los organismos gubernamentales arriben con diferentes enseres, que en muchos casos quedan guardados en depósitos para épocas de campaña electoral, pero lo más jugoso de la actuación es el logro de la ayuda financiera por emergencia, que la comisión de participación municipal le otorga, en esta caso el último desembolso para la Municipalidad Fiambalá fue de $800.000 el 11 de febrero del presente año, nunca se hizo una rendición de cómo se usó el dinero, o que destino tuvo.
Estos manejos arbitrarios han significado que el grado de desconfianza y credibilidad a la figura de la intendente cayera considerablemente entre los vecinos y la sociedad en general, que en algún momento había depositado en ella una gran expectativa, confianza e ilusiones de un cambio positivo en la política, el tiempo transcurrido claramente muestra otra realidad, “una gestión muy eclipsada, con muy poco brillo -casi oscura- y con muchas explicaciones que deberán darle a una comunidad defraudada.
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