Este 31 de Julio pasado, se cumplieron 79 años del fallecimiento del piloto y escritor francés Antoine Marie Jean-Baptiste Roger, conde de Saint-Exupéry​- Su muerte fue siempre un misterio y se produjo en 1944, en un vuelo de reconocimiento en Francia durante la segunda guerra mundial. Hacía un mes había cumplido 44 años. Sin embargo, 60 años después de aquel fatídico hecho comenzó a develarse parte del misterio.

Según un artículo del diario español El Mundo, en 2004, una pieza del avión, localizada al este de la isla de Riou, el mismo lugar donde un pescador había encontrado en 1998 una pulsera con el nombre del aviador, fue formalmente identificada como perteneciente al aparato de Saint-Exupery, según el DRASSM.

"El avión se cayó en la zona de Roiu", según el conservador jefe de patrimonio del DRASSM, Patrick Granjean, quien aseguró que el hallazgo de los restos no resuelve el misterio del accidente.

La pieza del Lockeed P 38 Lightning fue detectada por un submarinista profesional, Luc Vanrell, en mayo de 2000, aunque los expertos tuvieron que esperar hasta octubre de 2003 para obtener la autorización de sustraer los restos.

Las técnicas de limpieza, una vez fuera del mar, permitieron descubrir una inscripción de cuatro cifras, 2734, que corresponde a la matrícula militar del avión de Saint-Exupéry, según la tabla del 'US Air Force'.

Harto sabido es el enorme legado del aviador en su faceta literaria, con obras memorables que se han transformado en clásicos de la literatura universal.

En homenaje a él, vaya este poema que le escribí hace algunos años.

A Antoine de Saint-Exupéry

Odiabas tú la guerra y hacia ella te fuiste

A defender la vida de tus connacionales

Y de un cielo de luces en el mar te perdiste

Por aliviar al mundo de sus más grandes males.

Tus sueños de poeta, de escritor y aeronauta

Se perdieron al fondo de la mar de Marsella

Eras entre los hombres una especie de amauta

Y en tu viaje llevaste tus secretos de estrellas.

Pero tu alma revive en los libros más bellos

Que un di nos dejaste para aprender en ellos

el rumbo enaltecido de nuestra vida en vuelo.

Para encontrar la luz de tu palabra amena

No te hemos de buscar ni en el mar ni en la arena

Pues sabemos que habitas una estrella del cielo.

Rodolfo Lobo Molas

En las fotos: el avión en el fondo del mar, la pulsera de Saint Exupery, modelos del avión similares al del escritor piloto y foto de él.