Pero la realidad que hoy vivimos, me parece, habilita a alguien como yo, uno de tantos habitantes comunes de esta República Argentina devastada y en crisis profunda, a volcar sus experiencias, impresiones, temores y seguridades sobre la hecatombe que se avecina o mejor, que ya la tenemos sobre nuestra vida actual.
Es bueno dejar en claro que tengo la edad suficiente para afirmar que me ha tocado vivir multitud de crisis y las llamadas hiperinflaciones, con las consecuencias inolvidables del transcurso de las mismas. 1975, 1989/1990 y mal que nos pese la actual, que podrá ser negada por algunos, pero sufrida en vida por otros. los economistas y estudiosos del tema podrán ocuparse de la veracidad de lo que aquí se dice. los jubilados, los pobres, los de bajo de la línea de pobreza y los que la sufren día a día seguramente vienen sufriendo esta calamidad no sólo desde el lunes luego de las llamadas “ paso” sino desde mucho tiempo, años, antes.
Vamos a la de 1975. la presidente de la Nación era Isabel Perón (María Estela Martínez), asesorada por el tristemente célebre cabo de la Policía Federal devenido en comisario general por puro capricho político y en funciones como ministro de Bienestar Social. el “brujo José López Rega” desde donde armó la famosa triple AAA, autora de sinnúmero de asesinatos luego replicados por el terrorismo de montoneros y militantes del ERP, entre otros asesinos y desencadenantes de una verdadera guerra civil no reconocida como tal por Argentina. (éstas organizaciones ya actuaban desde bastante tiempo antes). Isabel, venía intentando manejar la economía y recuerdo que uno de sus intentos fue nombrar como ministro del área a Cecilio Conditi, cuyos antecedentes para el cargo era que había estado como oyente en una reunión de la Organización Internacional del Trabajo. Obviamente que esto sólo entorpeció la situación, entonces vino Celestino Rodrigo quien es el responsable del “rodrigazo” y la consecuente hiperinflación.
Pequeños ejemplos de aquella calamidad
En ése tiempo estudiaba medicina en la UBA y esperábamos nuestra segunda hija que llegó a éste mundo precisamente el 5 de julio de 1975, día que se declara ya la hiperinflación. Se preguntarán qué tiene que ver este episodio personal con semejante crisis nacional entonces recurro a los ejemplos. en ése tiempo habían salido a la venta los primeros pañales descartables que eran muy caros, venían en paquetes de ocho unidades lo que obligaba a utilizarlos solamente en ocasiones muy especiales como ser el día de control médico. dicho esto, cuando yo volvía a casa de la guardia, el farmacéutico que alquilaba la planta baja del edificio, me decía que ya habían llegado los pañales y costaban x $. no era el monto que tenía a mi alcance entonces le expresaba que subía al departamento a buscar ése monto, pero cuando bajaba (de modo inmediato), me encontraba con que el valor era mayor, entonces volvía a subir para completar el nuevo valor y al regresar al local, ya había otro diferente, por cierto mayor al anterior.
Lo mismo ocurría en el almacén del barrio de donde sacábamos la mercadería, anotada por don José, pero al ir a buscar lo necesario para el día, me anticipó que no podría tener más cuenta corriente y se suspendía porque los precios subían varias veces por día.
Cualquier semejanza con lo que vivimos hoy es la pura verdad. Esto es una hiperinflación.
Hoy vivimos la tercera experiencia de una economía devastada, cruel y hasta criminal, con una sociedad arrastrada a la pobreza extrema, con políticos responsables de una anomia nunca vista, y un grado de corrupción político empresarial cuyo fin anunciado, es la debacle del sistema amparado por inescrupulosos que hasta no sólo manejan la economía sin conocimientos específicos, sino que ocupan el cargo de presidente – de facto-. Al constitucional no se lo encuentra y menos a quien legalmente debe sucederlo. A ver si entendemos de que se trata la “hiperinflación de hoy” : primero que no sólo surge de lo ocurrido el lunes posterior a las elecciones “PASO” sino que viene de mucho antes pero, por lo visto por los medios electrónicos, narrados en diarios no partidarios……..
La del 89/90 y subsiguientes, totalmente pergeñada por los “gordos de aquel entonces” y no pocos jerarcas del partido contrario a Alfonsín, llevó sus consecuencias terribles hasta entrada la nueva década usualmente reducida a mencionarla como la crisis de 2001, pues las consecuencias duraron mucho tiempo y seguramente, vidas.
Lo visto con ojos propios, muestra un caso ampliamente divulgado de una carnicería donde se encontraba un jubilado con un pequeño envoltorio. al preguntarle el cronista qué llevaba le dijo “un bife”, era de 600 gramos y le costó algo más de $ 600;.. y sus magros haberes le alcanzaban para comer ¡¡¡uno de esos por semana!!! otro caso: en otra entrevista casual, una señora de 82 años, jubilada, cuenta a cámara, que ella trata de despertarse entre 11,30 hs y 12,30 porque así no tiene que almorzar, entonces toma un mate. pero, como no tiene para pagar el gas, el agua caliente lo obtiene de sus vecinos, quienes también le calientan una porción de arroz y un huevo de vez en cuando.
Quienes han causado éste estado de calamidades son los mismos que mantuvieron el cuento de la cuarentena, la demora en conseguirnos las vacunas anti COVID ( se mencionan muy oscuros “arreglos”, generaron un vacunatorio VIP solamente para los adeptos, son los responsables de las más de 130.000 muertes. Gran parte de las instituciones principales, que no son pocas, se nutren con menús dignos de palacios orientales. fiestas en tiempos de prohibición de salidas por la cuarentena. Se puede agregar una lista casi infinita de tropelías desde el poder a quienes no comulgaban con sus ideas vandálicas: liberación de presos encarcelados, vacunación selectiva de los mismos, connivencia con el delito mayor y menor, con el tráfico e ignorancia absurda de crímenes y desapariciones forzadas y tantas otras actitudes criminales.
pero hay un tema que no se debe olvidar y es que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, y, si al volver a entrar al cuarto oscuro, volvemos a votar por la mafia política, no podremos quejarnos, pues habremos tropezado más de dos veces, con la misma piedra.
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