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Columnistas

El desafío de votar en tiempos de crisis

Elegir, votar, es un acto sencillo que en su situación ideal requiere de una elaboración compleja; la decisión, cada vez, depende de aspectos económicos, sociales, de empatía, sentimentales, emocionales, de la evaluación de una situación concreta y de tantos aspectos más que sería imposible detallar pues con seguridad varían en cada caso.
Pablo Zubiaurre

Por Pablo Zubiaurre

Ha primado en muchas ocasiones la pertenencia a determinadas ideologías políticas, basada en cuestiones históricas, de coincidencia ideológica, por tradición familiar, por el mensaje que ante cada elección se desprende de sus actores principales y secundarios. La elección del 2023, claramente, no viene por ahí.

Se ha priorizado en otros tiempos la conveniencia ante una política o una gestión llevada por el gobierno que asegura que las condiciones del presente no cambiarán drásticamente. El algún momento, durante el período Menemista la gente se aferraba a la posibilidad de las cuotas y la mayoría de la población estaba comprometida en algún plan. No es ésta una situación similar.

Se ha votado en el pasado a alguien que encarnara mejor que los demás el propósito mayoritario de la sociedad. El retorno a la democracia, con Alfonsín, es un caso concreto de ello.

Por último, ante muy malas situaciones, la mayoría vota por bronca o rechazo a lo conocido. Ocurrió luego de la crisis del 2001 y con seguridad es lo que está pasando hoy. Hay un modelo que ha dejado de despertar adhesión mayoritaria y en una reacción pendular, la gente opta por lo contrario. Tantos años de relato progresista sin resultados que lo acompañen han servido como base para la instalación de un voto reactivo contra ese modelo que sólo funciona en el discurso de sus candidatos.

El voto bronca, por lo tanto, no es una reacción antidemocrática sino una herramienta de la democracia para cambiar rumbos. Existe, incluso en el Espacio oficialista, un corrimiento hacia el centro o la centro derecha que aparece como una posible solución a los males que no se han podido solucionar. En una elección que se partió en tercios, no existe en ninguno de esos tercios un candidato que no responda a la descripción anterior. El próximo Presidente tendrá una orientación diferente a la que proclama el kirchnerismo. Seguro.

Dicho esto, nadie puede extrañarse que exista un voto de reacción contra lo establecido. Lo que es esperable es que esa reacción, esa bronca, se oriente positivamente y no encamine la Argentina hacia algo peor, que siempre es posible. Lo sostengo, nada más erróneo que pensar que hemos tocado el piso; hay mucho para empeorar aún, y sería deseable que esto no ocurriera pues así, como estamos, ya es muy grande el sufrimiento de amplios sectores. Se puede votar con bronca pero positivamente.

El tiempo que resta hasta las elecciones es momento de evaluar. Equivocarse en la votación, esta vez, tiene un alto costo. Y quizás la llave para votar bien, sea la capacidad para analizar qué tan creíbles y realizables sean las propuestas. Por mucho que puedan ilusionarnos las propuestas más tentadoras, si no son realizables solo conducen a una nueva decepción. Las opciones realistas nunca son las más marketineras, pero si las políticas no cuentan con criterio de realidad y equipos que las ejecuten, están destinadas al fracaso. Comprar recetas que no tienen chance de llevarse adelante, por contestarías y antisistema que puedan parecer, no resultarán constructivas para el conjunto. No hay en la oferta propuestas que estén al margen del sistema político de los últimos años de la Argentina. Mezclados, hay en ellas peronistas en sus diferentes versiones, radicales con las suyas, el Pro y los liberales, todos con responsabilidad en el presente, por más que un cambio de nombre y de maquillaje quiera ocultar el pasado.

Sin nadie fuera del sistema, no dejarse engañar, analizar, informarse sobre las propuestas y su posibilidad de transformarse en realidad, ver qué equipos de gente acompaña cada espacio, tener por seguro que gobernar es un trabajo colectivo que necesita de mucha gente, y en fin, tomarse muy en serio una elección que puede cambiar nuestro destino o profundizar una crisis, es el desafío para este tiempo que media entre hoy y el 22 de Octubre.

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