Este acontecimiento se produjo en medio de una de las peores crisis económicas que ha sufrido nuestro país, con la inminente amenaza de hiperinflación, la pobreza superando el 45%, un Banco Central con un déficit cuasi fiscal que ronda 10% del PIB y una deuda de USD 419.000 millones que los mercados consideran impagable según la cotización de los bonos del gobierno y las cuentas fiscales con un déficit de 5 puntos.
La pregunta inmediata es si Javier Milei será el líder capaz de lograr atravesar los múltiples desafíos para lograr la transformación que el país necesita. Como decía José Ortega y Gasset en su obra “Mirabeau o el Político”, sabemos que no existe el político ideal, sino que podemos analizar el “arquetipo de político” que debemos juzgar más por sus éxitos o fracasos que por aspectos de la moral del hombre común. Como él mismo Milei dice, “la diferencia entre un loco y un genio, es el éxito”. Lo destacable del presidente electo es su gran inteligencia y profundo conocimiento económico forjado a lo largo de más de dos décadas como profesor de economía monetaria y autor de veinte libros. Su pasión por la economía, combinada con un coraje innegable, le otorga una perspectiva única para enfrentar los retos que tiene por delante. A diferencia de sus predecesores, ha sido franco sobre los problemas y anticipa un período de austeridad severa, enfocado en proteger a los más desfavorecidos. Promete recortes drásticos en el gasto público, e inicia su gestión reduciendo a la mitad los ministerios, secretarías y subsecretarías existentes.
El desafío más inmediato y crítico que enfrenta es la estabilización económica, si logra eliminar la inflación su popularidad crecerá a niveles récord.
El presidente ve en el primer gobierno de Carlos Saúl Menem una fuente de inspiración por sus reformas liberales y la capacidad de unir a la nación
El segundo gran desafío es la necesidad de impulsar reformas estructurales significativas a través de un Congreso fraccionado y diverso. Con una presencia limitada en el Senado y en la Cámara de Diputados, el presidente enfrenta la ardua tarea de negociar y ganar apoyo para sus propuestas.
El presidente ve en el primer gobierno de Carlos Saúl Menem una fuente de inspiración por sus reformas liberales y la capacidad de unir a la nación. Siguiendo este modelo, ha conformado un gabinete con miembros de diversos partidos políticos, seleccionados individualmente por su experiencia y capacidad, y no mediante acuerdos partidistas. Sin embargo, está claro que las corporaciones y las mafias enquistadas en el poder están al acecho para mantener sus cuotas de poder y ya han empezado a generar resistencias contra las reformas. Además, la izquierda, algunos gremios y parte del peronismo kirchnerista ya están organizando “planes de lucha”.
El presidente será la clave para enfrentar estos desafíos y mantener el rumbo e impulsar a sus ministros a acelerar las reformas. Nadie está exento de defectos, pero Javier Milei muestra una humanidad, sinceridad y sensibilidad notables, cualidades que lo hacen confiable a pesar de las falencias que ha mostrado durante la campaña. Su promesa es ser firme y enfrentar la tormenta que se avecina. Pero, las manifestaciones de apoyo de la ciudadanía, en la calle y en las redes, también serán muy importantes mientras atravesamos los peores momentos.
El segundo gran desafío es la necesidad de impulsar reformas estructurales significativas a través de un Congreso fraccionado y diverso.
La visión del presidente es colocar a Argentina entre los diez primeros países en libertades económicas y que se mantenga allí durante 35 años, un logro que podría catapultar al país a un nivel de vida comparable al promedio europeo, emulando el éxito de naciones como Hong Kong, Singapur, Irlanda, Taiwán, Nueva Zelanda, Estonia, Polonia y algunos otros.
Este es un momento decisivo para Argentina, un cruce de caminos entre la continuidad de políticas económicas fallidas y la audaz adopción de un nuevo rumbo liberal. El mundo observa mientras Argentina se embarca en este audaz experimento, con la esperanza de un futuro próspero y en paz.
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