En su discurso de admisión de la derrota, el ministro de Economía y ex candidato presidencial, Sergio Massa, anunció “el final de una etapa”, con lo que dio a entender que abandonaría la política, algo que sus voceros negaron, luego dijo que había llamado al presidente electo, Javier Milei, para felicitarlo y ponerse a disposición para la transición, y que “a partir de mañana (por este lunes) la responsabilidad es del nuevo Presidente”.

En realidad, en el Complejo C, el bunker de Massa, era todo confusión y no había nada cierto. Desde el bunker de Milei señalaban que el candidato ganador no había recibido el llamado de su rival. Los allegados de Massa aseguraban que continuará en política y que tiene mucho futuro por delante y que había quedado bien parado pese a la crisis económica.

Desde el Ministerio de Economía, hicieron trascender que Massa pediría licencia desde este lunes hasta el 9 de diciembre con lo cual dejaría la transición en manos de dos funcionarios subalternos para no estorbarla.

Pero horas después, esa versión fue desmentida y la Casa Rosada confirmó que el presidente Alberto Fernández recibirá este lunes a Milei para comenzar a negociar la transición, pero no se confirmó el horario.

"No hay nada confirmado sobre una licencia. Massa mañana se reúne a las 12 con su gabinete económico y lo único que anticipo es que no va a tomar una determina una determinación hasta que Milei se reúna con Alberto Fernández", dijo a A24.com una alta fuente del Ministerio de Economía.

Pesce y Rigo, los hombres de la transición con Milei

No obstante, se confirmó que en el proceso participarán el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, para acordar la transición financiera y fiscal, ambos temas fundamentales para el nuevo rumbo económico. En realidad, no había precisiones hasta última hora.

Massa no se retirará de la política. Pese a que algunos interpretaron que dejaría la actividad cuando habló de “una nueva etapa”. Una diputada del Frente Renovador señaló a A24.com: “es joven, no va a dejar la política y quedó bien parado, con 11 millones de votos y con vínculos con todos los sectores y con un futuro gobierno enfrente que será endeble.

El auditorio que lo vivaba era mayoritariamente el público del Frente Renovador, el partido de Massa; no del peronismo profundo nucleado en el frente Unión por la Patria, más allá de la presencia de organizaciones sociales y columnas apostadas afuera del Complejo C, que no fueron muy numerosas ni muy ruidosas.

Massa evalúa su futuro dentro del peronismo y como jefe opositor

Ahora Massa está evaluando su futuro, para el cual todo es incertidumbre. No sabe aún cuantos diputados podrá conducir de los 103 que le quedarán en el bloque y como se distribuirá el poder en el peronismo. Tampoco tiene senadores propios ni gobernadores que le respondan en forma directa. Massa y Cristina Kirchner quedarán en el llano, pero ésta tendrá influencia sobre la gobernación de Axel Kicillof, que intentará posicionarse para ir por la Presidencia en 2027, y además ser el principal opositor enfrente del presidente entrante Milei.

En principio, Alberto Fernández lo iba a recibir en el desayuno a Milei, pero después se barajó un horario más cerca del mediodía o de las dos de la tarde. En el bunker de Milei tampoco tenían precisiones. Lo sorpresivo del triunfo de Milei y la diferencia contundente dejó estupefactos a todos los dirigentes del peronismo y del massismo.

“Todavía no hay nada de la licencia de Massa. El Presidente y Milei se encontrarán mañana pero todavía no hay horario confirmado”, dijo a A24.com la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, en medio de esas versiones contrapuestas.

Massa renuncia, pide licencia o se queda: todo fue confusión

También trascendió que Massa dejaría el ministerio de Economía en manos del viceministro Gabriel Rubinstein, una versión que luego se relativizó. Y que en la reunión de la transición sólo iban a estar Miguel Pesce y Raúl Rigo, aunque luego se barajó la posibilidad de que participara Massa.

A altas horas de la noche era todo confusión en el Gobierno porque existían discusiones subidas de tono por la intención de Massa de retirarse de la escena. También había fuertes pases de factura internos entre el Presidente, Massa y la vicepresidenta Cristina Kirchner.

“Desde mañana la responsabilidad es del nuevo Presidente”, dijo Massa en su discurso de admisión de la derrota en el Complejo C, en Chacarita, en lo que pareció arrojarle a Milei el peso de la crisis económica en momentos de incertidumbre sobre cómo abrirán los mercados este martes.

En un principio, los analistas de mercados aventuraban que un triunfo de Milei podía provocar una presión sobre el dólar por sus promesas de dolarización, una medida que el presidente electo libertario no mencionó esta noche en su discurso de celebración de la victoria. Tampoco mencionó el cierre del Banco Central sino el “ordenamiento”.

Los reproches y los pases de factura en la derrota

En tanto, en el bunker de Unión por la Patria, algunos kirchneristas a ultranza le reprochaban por lo bajo a Massa que promovió la candidatura de Milei para dividir a Juntos por el Cambio y facilitar el triunfo del peronismo, pero finalmente fue Milei quien se alió con un sector de Juntos y venció al peronismo. Massa busco levantar a Milei para bajar a Macri y Bullrich pero los tres se unieron en su contra.

“La sociedad hizo la alianza en las urnas, que no habían querido hacer Milei y los radicales de Juntos, la UCR y la Coalición Cívica”, señalaban en el bunker massista. En el ínterin, Massa se olvidó de estabilizar la economía, el factor que finalmente volcó a la gente a un cambio más liberal.

“Dividir a la oposición servía, pero si antes arreglabas la economía, pero con una inflación de 142% y una pobreza de 41% es un milagro haber sacado 44 puntos”, señaló a A24.com un funcionario del Gobierno.

También en el Complejo C se le recriminaba a Massa haberse “pasado de rosca” con la campaña negativa hacia Milei y con la campaña del miedo: finalmente, eso generó una empatía de los sectores opositores con el libertario. “Massa se sobregiró y terminó beneficiando al León”, señalaban.

El massismo contesta: peor hubiera sido con Wado de Pedro

La campaña del miedo había funcionado bien en las elecciones generales del 22 de octubre, cuando Massa instaló que el boleto de colectivo y de tren iban a aumentar a 700 y 1100 pesos respectivamente. Pero en los últimos días antes del balotaje Milei pudo desmontar los fantasmas que había generado el ministro de Economía y el electorado rechazó la batería de mensajes negativos contra Milei.

Desde el lado del massismo contraponían al argumento kirchnerista que peor hubiera sido el resultado para Unión por la Patria si el candidato hubiera sido el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, o el embajador Daniel Scioli.

En el principio de la jornada electoral había ilusión en el peronismo, pero cerca del cierre de los comicios los rostros de los militantes se fueron entristeciendo con los resultados de las encuestas a boca de urna que iban llegando de todos los rincones del país. La desolación aumentó cuando llegaron los primeros telegramas. “Se complicó mucho la situación en el centro del país, en Córdoba, Mendoza y Santa Fe, para lo cual hay que sacar una diferencia fuerte en Buenos Aires. Pero finalmente terminaron casi empatados”, se quejó uno de los voceros de campaña del massismo.

El mensaje de Massa sonó a despedida, pero fue desmentido luego por sus voceros. "Termina una etapa en mi vida política, me pondrá en otros espacios donde siempre me van a encontrar para defender los valores centrales de la Argentina", dijo el ministro de Economía. La gran preocupación ahora en el kirchnerismo será el futuro con Milei como presidente, la suerte judicial de Cristina Kirchner, y posibles investigaciones sobre la actual gestión, que podrían incluir a Sergio Massa.

Además, señalan que habrá un negacionismo sobre los años 70 y que podría llegar una etapa de debilitamiento de la democracia. Esos eran los peores fantasmas que comenzaban a merodear por la despoblada avenida Corrientes al 6200, cuando ya los militantes se desconcentraban en medio de la humareda de los choripanes que no se habían vendido pasadas las 22 y tempranamente volvían a sus casas.

Mariano Obarrio