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Columnistas

Tiempo de ánimos encendidos

Es urgente que los ciudadanos levantemos la vara y exijamos más responsabilidad y coherencia en el decir y, ante todo, en el hacer.
Dr. Ricardo López Göttig

Por Dr. Ricardo López Göttig

Los tiempos electorales, y sobre todo cuando se reduce a sólo dos opciones, los ánimos se encienden y la razón parece que se volviera de ceniza, chamuscada frente a tantos apasionamientos. Lo que en una democracia debería ser una rutina, en Argentina lo transformamos en una lucha apocalíptica. Y todo queda sometido a los vaivenes electorales, esperando el resultado de las urnas.

Estas narrativas épicas nos hacen mucho daño, porque las inversiones privadas se detienen, esperando el veredicto de los comicios, así como después las medidas que efectivamente se aplicarán tras asumir el candidato triunfante, que suele olvidar bastante lo prometido en campaña. En parte porque se ha impuesto la idea de que todo es discurso emocional, carente de toda racionalidad, como si fuésemos seres movidos sólo por impulsos muy primarios. De ser así, difícilmente hubiésemos alcanzado los niveles de desarrollo científico y tecnológico que tenemos como humanidad, pero es una moda que se ha difundido en el mundo de la publicidad y las comunicaciones, llegando a las arenas de la política.

A lo largo de este año, hemos escuchado muchos cruces personales de los que después es muy difícil volver. Acusaciones al voleo, insultos que generan heridas personales, hasta burlas referentes a la edad de una parte de la ciudadanía. En estos tiempos de ánimos encendidos, que no se apagarán rápidamente con la asunción del nuevo gobierno, sea quien fuere, requerirán de mucha templanza y respuestas claras por parte de los actores políticos más responsables. A nosotros nos gobiernan la Constitución y las leyes –debemos insistir en esta definición elemental básica del Estado de Derecho una y otra vez-, no personas que levantan el dedo y la voz. Y la legislación, que tiene que tener vocación de perdurabilidad, debe ser debatida y respaldada por una discusión basada en conocimientos, evidencias, ciencia y filosofía política. Nada tiene que ver con una hinchada enardecida que “haga el aguante” o que se limite a levantar la mano en forma obediente.

Somos nosotros, la ciudadanía, la que forma y elige a los líderes en cada ámbito. En estos tiempos de ánimos encendidos, levantemos la vara y exijamos más responsabilidad y coherencia en el decir y, ante todo, en el hacer.

Elecciones Sociedad ballotage

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