En los primeros minutos de la madrugada de ayer, efectivos de la Comisaría de Tinogasta se constituyeron en el hospital zonal, donde habían ingresado con lesiones de arma blanca en sus cuerpos, Marcos Hernán Saires (29) y José Rodrigo Nuñez (30), quienes habían participado de una gresca, en inmediaciones de la localidad de la Villa San Roque.

Según se supo, estas personas se enfrentaron por motivos que se desconocen a otros tres sujetos, quienes los habrían lesionado considerablemente, presentando graves heridas cortopunzantes y golpes de puño en el rostro. Motivo por el que, luego de recibir la atención primaria en el hospital, fueron derivados de urgencia a la ciudad Capital, donde permanecen internados en el Hospital San Juan Bautista.

Mientras la Policía le recibía testimonio a las víctimas en el hospital, minutos antes de las tres de la madrugada de ayer, una mujer, quien se identificó como Adriana Carina Cruz (46), denunció que a las 23:00 horas aproximadamente del domingo, tomó conocimiento a través de su hija que en la localidad de Santa Rosa se habría producido una gresca, en la que habían resultado heridos jóvenes, siendo uno de ellos su hijo de nombre José. Asimismo, indicó que se dirigió al lugar, donde al llegar encontró a su hijo con serias lesiones en parte de su cabeza, llevándolo ella al hospital zonal para su curación. La mujer indicó a los efectivos que en el camino, su hijo le dijo que su tío había reconocido a los agresores, pero aclaró que él no dio el nombre de ninguno.

Tomado conocimiento de la sangrienta gresca, la Policía local trabajó en el lugar del hecho, bajo las directivas de la fiscalía a cargo del Dr. Barros, quien dispuso que personal de Criminalística trabajara también en la escena.

A las 17.55, informaron voceros de la causa a este diario, el abogado local, Dr. Quintar, se hizo presente en la guardia de la dependencia acompañado de un hombre de apellido Varas, quien habría participado en el hecho de sangre. Informado de la presentación espontánea del sospechoso, el fiscal dispuso que fuera inmediatamente aprehendido y alojado en el calabozo, previo a ser examinado por un facultativo.