En relación a la nueva designación de Jorge Moreno en la presidencia del Tribunal de Cuentas de la provincia, me sorprendió que sea él, en este caso, no me sorprende el cambio, este es un gobierno que no les da estabilidad a los ministros, rotan demasiado rápido, pero ese es el estilo de la impronta del gobernador.

Sorprende que Jalil  haya decidido quedarse sin una rueda política importante en la gestión gubernamental, Moreno viene de una ardua militancia. En su momento hizo lo mismo con Hernán Martel poniéndolo en la Corte.

De acuerdo a mi parecer, Moreno quiso terminar con su carrera política y dedicarse a las tareas administrativas, lo que yo le pediría, que donde está ahora cumpla con lo que debe cumplir, cuando uno pone a un amigo en un órgano de control, es muy difícil que te controle.

Siempre consideré que esos espacios son destinados para la oposición, pero eso sería hablar de una estrategia global. Lo que estamos observando en esta gestión, es una concentración de poderes increíble, explicable imaginariamente como un pulpo, manejando todos los resortes de poder institucional de la provincia, ni el Frente Cívico actuó así, cuando estuvimos en el poder, quien estaba al frente de Tribunal de Cuentas, fue un hombre del peronismo, el Dr. Mardonio Díaz Martínez.

Bloque

Del bloque solo voy a decir que yo acompañé la propuesta de manera activa, para que el bloque esté en manos de otro sector, como lo era el Dr. Luis Fadel, es una persona de dialogo permanente, que iba a generar mayor comodidad de trabajo. Creo que ahora hay que pensar para delante. Yo fui muy crítico de las rupturas del bloque hace un par de años, muchos de los que lo rompieron, hoy son actores principales del radicalismo.

Tenemos que evitar ese quiebre más allá de los matices y de los gestos que se ven diariamente. Necesitamos una oposición que realmente esté a la altura de las circunstancias, a veces se hace el análisis mundial, nacional y provincial, para relativizar lo que sucede en la provincia.

La respuesta del oficialismo para todo es, “la guerra de Ucrania y la pandemia”. En Catamarca, más del 50% de las personas están bajo los límites de la pobreza, y nosotros tenemos que bancarnos discursos de obras faraónicas, y negocios de las mineras, siempre a beneficios personales, cosa que fuimos denunciando oportunamente, mientras sabemos que hay gente que no tiene todos los días algo que poner a la olla. Esta es la realidad y la necesidad de ser alternativa.

Me parece imprudente hablar de las candidaturas, pero todo el mundo está ya en “modo candidato”. A veces el hartazgo de la sociedad lleva a puntos inimaginables. Vimos claramente como en una isla, la sociedad toda fue contra un presidente reclamando la suba de impuestos, la falta de alimentos, la falta de trabajo, vaya la paradoja, no digo que esto es lo que debe suceder, este tipo de cosas, tienen que hacer reaccionar al gobierno y a la oposición para que trabajemos fuertemente en poder llegar a ser alternativa. Lo único que me animo a decir en términos electorales, es que, el radicalismo debe intentar una alianza con el espíritu del  Frente Cívico y Social.

Realmente, necesitamos volver a hacer un esquema catamarqueño de todos los actores de la oposición, si el PRO va a actuar como oposición al gobierno de Raúl Jalil, por supuesto que está incluido. Hay que cortar los lineamientos nacionales, como puede ser que cada sector del radicalismo tenga un lineamiento nacional. Parece que están más preocupados por ver quién gana a nivel nacional que de ser alternativa en su provincia, esta es la perdida de vocación de poder a la que llegamos.

Solo se trabaja para conformar una lista de siete diputados que son los que van a entrar, eso me parece que es traicionar los propios principios, nosotros tenemos la obligación de armar una propuesta totalmente fuerte para terminar con el gobierno de Raúl Jalil.

Lo único que imagino para delante, es un proceso primario, una gran primaria que coloque a quien tenga que colocar, antes que se auto pongan los cargos de candidatos a gobernador o a vice, que el espacio opositor en una actitud amplia con partidos municipales como se está dando en otros procesos. Alianzas que son locales, con una identificación opositora, pero donde cada uno prioriza la cuestión local por sobre el lineamiento provincial. Estamos viendo los resultados, como es el caso de los Altos.

Yo no puedo venir muy suelto de cuerpo y decir un día, “che, yo voy a ser candidato a gobernador porque a mí me eligió uno de estos referentes nacionales, así que tienen que seguirme”.

Eso no es construir, no estás laburando para ganar, sino para serle funcional a Jalil y quedarte con el paquete corto, y la sociedad necesita otra cosa.

Hay que hacer una oposición fuerte y coherente, no a lo bobo, para eso nos votaron, no fue para ser amigo del gobernador, nos votaron para controlarlo, para marcarle los desvíos, que son muchos a lo largo de dos años de gestión. Sin alusiones de ninguna naturaleza, es un gobierno sin rumbo.

El titular del ejecutivo, sin faltarle el respeto, “está más perdido que turco en la neblina”. La provincia va para cualquier lado, sale cada dos minutos a decir que Alberto es un fenómeno, cuando el gobierno se cae, no tiene rumbo, y en el medio, cada dos pasos, los negociados con las mineras con las mineras, como lo es la su facturación. Esto se debe investigar, detrás de eso, hay una corrupción muy grande.