Emiliano Yacobitti se forjó en la Franja Morada de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Desde la presidencia del Centro de Estudiantes de esa casa de estudios llegó a ser secretario de Hacienda del rectorado y actualmente es vicedecano de Económicas. Paralelamente consolidó su trabajo territorial con la corriente interna “Cantera Popular” que logró nacionalizarse con cuadros provenientes de la militancia universitaria.  Así llegó finalmente a la presidencia del Comité Capital de la UCR.

“Yaco viene acumulando poder en las sombras, pero su estilo no es precisamente de renovación sino más bien emparentado con la vieja política, sus métodos no generan empatía entre muchos correligionarios, pero lo que más molestó es que levantara el perfil cuando es un dirigente sin votos en su distrito”, comenta un dirigente radical que lo conoció en la Franja Morada. Incluso, en privado lo acusan de “hacer política en el fleje”.

Para el sector federal que responde a Morales, el polémico diputado “es lo más parecido a Enrique Nosiglia que ha surgido en el partido en los últimos años”. Se refieren al estilo de monje negro, pragmatismo en extremo, pero sin la llegada de Coti a los sectores de poder más variados, empresarios, sindicalistas y banqueros. Pero si le endilgan relaciones demasiado intensas con sectores enfrentados con la UCR.

Varios de sus adversarios internos aseguran que no sólo es funcional al proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, como dice públicamente Morales, sino que además es uno de los interlocutores permanentes con el oficialismo a través de su relación con Sergio Massa, Máximo Kirchner y Wado De Pedro. “Yaco, Losteau y Nosiglia nunca rompieron su vínculo con la dirigencia del Frente de Todos”. Señalan que uno de los nexos más importantes a la hora de cavar túneles con los K es el dúo Coti-Leopoldo Moreau, una relación de toda la vida.

Los allegados al hombre fuerte de la UCR porteña discrepan con estas apreciaciones y aseguran que “hay un intento de demonización de Yaco porque representamos la renovación que llegó para generar recambio generacional con figuras como Lousteau, Martín Tetaz, Danya Tavela y Rodrigo De Loredo”. Agregan que “los sectarios son ellos que no respetan a la minoría y pusieron en marcha un mecanismo para bloquearnos y evitar que tengamos injerencia en esta nueva etapa de Juntos por el Cambio”.

De todas formas, Lousteau quedó aislado en su intento de instalarse fuerte en la coalición opositora y peligran sus aspiraciones para el 2023. “Martín ya venía con la mochila de la 125 que aún genera rechazos en el interior, pero ahora que se instaló públicamente que sus aliados tienen métodos de la vieja política el daño es mayor”, plantea un referente de la UCR porteña. Y encima también quedó blanqueado que un personaje misterioso y con mala imagen pública, como Daniel Angelici, también forma parte de esta movida.

“No podés querer llevarte al radicalismo por delante con Yacobitti, Nosiglia y Angelici en el ropero”, sostiene un senador boina blanca del interior. La fractura del bloque de diputados parece haber sido un boomerang para el senador porteño que también golpea a Rodríguez Larreta, aunque no sean ciertas las denuncias del gobernador de Jujuy. Basta pegarle una mirada a las redes sociales para comprender que la ofensiva de Evolución cayó muy mal en la base electoral de JxC, especialmente entre los radicales.

Alberto “Beto” Valdez