El Senado convirtió este miércoles en ley, la legalización del aborto, en una histórica, por lo lamentable, sesión que fue seguida por miles de manifestantes y colectivos de mujeres de todo el país financiados por el Gobierno Nacional (ver video) y en la cual también se sancionó el Plan de los 1000 días de cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia.

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La votación fue trasversal e incluyó el apoyo de senadores oficialistas y opositores, lo que indica que el sistema de representación para este tipo de leyes no es el adecuado. Millones de personas que apoyan "las dos vidas" se han visto defraudadas por legisladores a los que votaron en la inteligencia que nunca votarían una ley de interrupción legal del embarazo.

Si el Gobierno Nacional cree haber cumplido con una de sus promesas de campaña saldadas en el cierre de su primer año de gestión y una victoria legislativa de cara al ciclo electoral que se avecina, cae en un error de percepción, pues quienes propiciaban la ley sancionada, son minoría en la República Argentina. Lo correcto hubiese sido hacer un gran referéndum digital y voluntario para comprender que la gran mayoría del pueblo argentino defiende las dos vidas por encima de cualquier idea religiosa.

La Agencia oficial de noticias dice en uno de sus notas  "Así, la Cámara tradicionalmente más conservadora del Congreso, que frenó hace dos años la misma iniciativa por 38 votos contra 31, logró esta vez darle luz verde a una ley que prioriza el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo por sobre las objeciones basadas en los preceptos constitucionales de defensa de la vida desde la concepción." Reconoce claramente que la norma sancionada es inconstitucional.

Resulta llamativo que un gobierno, cuya formula se gestó en el Vaticano y que según el Financial Time, fue el Papa Francisco quien acortó las distancias entre los Fernández, ahora tiene que padecer la legalización del aborto en su propio país con el formula que él ayudo a conformar. Dijo Jesús en el Evangelio "Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".