La base Marambio cumple mañana 50 años con nuevos "logros científicos" y como "una herramienta que contribuye directamente a la defensa de las pretensiones de soberanía de nuestra Nación", dijeron autoridades actuales y pasadas de esa estación permanente de la Argentina en la Antártida.
El comodoro Lucas Carol Lugones, jefe de la Base Marambio, destacó que "este año fue un éxito en logros científicos ya que se instaló el primer laboratorio sensor de rayos cósmicos de la Antártida, se realizaron descubrimientos paleontológicos de pingüinos de hace millones de años, se actualizaron sismógrafos y sensores de ozonosondeo y se cooperó con Brasil, España y Finlandia en el campo científico".
El suboficial mayor de la Fuerza Aérea (R) Juan Carlos Luján, uno de los fundadores de la base, destacó que "hoy es una base modelo, cada vez mejor equipada y con capacidad de investigación cada vez mas importante".
Luján recordó a Télam que en abril de 1969 comenzaron a trabajar en el operativo Marambio y que desde aviones se tomaban fotografías para hacer un relevamiento de la entonces isla Seymor, "y ahí se observó, en el noroeste, un manchón blanco a 200 metros aproximadamente sobre el nivel del mar".
"Se dio la orden de tomar posesión de ese lugar y tres oficiales y suboficiales lograron descender desde helicópteros en esa meseta para observar la aptitud de la zona, y comprobaron que el piso era una combinación de barro congelado y piedras", agregó.
"Vivíamos en carpas para dos personas, afuera había temperaturas de 15 o 20 grados bajo cero y nos despertábamos con hielo rodeando nuestras bocas. Nos decían: '¿por qué mejor no ponen una fabrica de helados?'".
Más tarde un Fokker F-27 se posó en la pista utilizando un tren de aterrizaje convencional, "lo que produjo un hecho histórico: romper el aislamiento que hasta entonces existía con la Antártida".
Hasta ese momento, a la Antártida solo se podía llegar por vía marítima durante el verano, siempre que el estado de los hielos lo permitiera, y ahora se lo puede hacer todo el año, si con condiciones meteorológicas favorables: las temperatura promedios en verano oscilan entre 1 y 2 grados bajo cero y durante el invierno entre 20 y 22 bajo cero, y la sensación térmica puede ser de menos de 60 grados bajo cero.
Sobre la perspectiva de la Base, el comodoro Lucas Carol Lugones auguró "un futuro exitoso, con mejoras edilicias, actualizando con tecnologías modernas los procesos que se realizan, y como una plataforma necesaria para que los científicos de nuestro país y otros países" puedan desarrollar sus proyectos.
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