Tus hijos:
Dicen que eres una madre ejemplar, has educado con valores éticos y morales que les permiten, al día de hoy, afrontar tiempos difíciles y trasmitirles a sus propias descendencias esas cualidades que no son comunes en un mundo atribulado de dificultades.
Cariñosa, comprensiva, siempre muy elegante y alegre, pendiente como nadie de nuestras necesidades y salud, una educadora ejemplar con ellos y con tus infinitos alumnos de la Fray.
Tus nietos:
Todos te adoran y los que tienen edad ya como para expresar juicios, dicen que eres la persona con la que mejor se llevan para sus juegos de mesa, parece que les ganas seguido y también mencionan todo lo que les enseñas, las revistas para sus estudios, que nunca faltan en cada domingo y las explicaciones sobre los diferentes temas que dicen eres una genia cómo se los enseñas…y también de todos los temas que abordas con tanta sencillez.
Quedo yo:
No conozco persona más inteligente, culta, todos lo sabes y tienes juicios irrebatibles. tu familia es el fundamento de tu vida y objeto de preocupaciones constantes por el bienestar de cada uno. lista para ir en socorro de quien lo necesite eventualmente
Eres permanentemente muy elegante, tu pelo, una preocupación constante y se encuentra idéntico en su estilo y formas a cuando te conocí hace más de cincuenta años.
Resulta una delicia mantener conversaciones profundas y de cada tema tienes una óptica realmente constructiva. Suscribo todo lo dicho por hijos y nietos, podría llenar hojas de tus infinitas virtudes. Ya las dijeron todos ellos.
Lo que me queda por agregar, aparte de aspectos que están en nuestra esfera de la intimidad, que obviamente allí se mantendrán, es que si hay algo que considero no ha sido reconocido, para mi injustamente, fueron tus merecimientos como docente singular, también para mí, única, pero seguramente la pléyade de alumnos que pasaron por tus clases, no dejaran de reconocerlo mientras vivan.
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