Efectivos de la provincia dispararon contra los vecinos de Ramos Mejía que se encontraban pidiendo justicia y seguridad a partir del crimen de Roberto Sabo. El brutal asesinato del comerciante, colmó la paciencia de los vecinos de Ramos Mejía, quienes en el día de hoy salieron a manifestarse en la calle para reclamar por más seguridad y una respuesta del Estado provincial.
No obstante, tras varias horas de protesta, los efectivos de la Policía Bonaerense abrieron fuego contra los vecinos con gases lacrimógenos y balas de goma.
El cansancio por la inseguridad y la falta de estado presente se hizo notar hoy en el Conurbano bonaerense. Durante el mediodía del domingo, Roberto Sabo, un kiosquero de 48 años, fue asesinado a plena luz del día cuando un delincuente de 29 años, junto a su pareja de 15, lo asesinaron a sangre fría en una tentativa de robo a mano armada.
Si bien ambos fueron detenidos, los hechos de inseguridad volvieron a presentarse hoy cuando móviles que cubrían el hecho presenciaron “dos ataques de motochorros” en pleno centro de Ramos Mejía, en la localidad de La Matanza.
Ante estos reiterados episodios, sumado el agravante del crimen del kiosquero, miles de vecinos se manifestaron contra el gobierno en reclamo de mayor seguridad. Sin embargo, su respuesta volvió a ser errante: la policía reprimió con gases y balas de goma.
“Oh, qué se vayan todos, que no quede ni uno solo”, cantaban mientras los policías frenaban a la gente. Incluso, mujeres, adultas mayores ellas, les explicaban a los vecinos que los agentes no tenían la culpa, ni nada que ver con lo sucedido.
Pasadas las 20.25, la protesta se salió de control. La gente avanzó, empujó a los efectivos y las vallas. La respuesta policial fue tirar gases lacrimógenos. “El hijos de p...”, se adueñó de la noche, mientras manifestantes quedaron cara a cara con los agentes, volaban botellas y se escuchaban los estruendos y ruidos de vidrios rotos. Un comisario pedía calma y había manifestantes que intentaban bajar los ánimos.
La bandera que tenía el nombre de Zaira Rodríguez, a quien mataron en un robo en noviembre de 2018 en Villa Ballester, fue arrancada por un policía de las manos de los manifestantes y, de nuevo, la bronca de la gente se reavivó.
Se vivieron momentos de tensión en Ramos Mejía por el crimen del kiosquero a una semana de las elecciones, el distrito que pertenece a La Matanza, está que arde y no es para menos. Y después de la brutal represión policial no se descarta una escalada en las protestas.
Disturbios en la marcha en Ramos Mejía
Comentarios