Sepan señores políticos que ustedes son los operadores del tremendo problema y lo seguiremos teniendo de esta enfermedad hereditaria, autoinmune que es la corrupción de cualquier sistema ya que la misma no reconoce fronteras de ningún tipo, ya sean ideológicas, de color político, incluso de niveles de fortaleza institucional, que nos está llevando a la indigencia, la pobreza, la inflación y la inseguridad que está ocurriendo, marcando unas de las situaciones como nunca más grave, que estamos viviendo y soportando el pueblo argentino.

No se dan cuenta señores políticos, que la corrupción cometidos por muchos de ustedes y agregando a todo esto sus egos y ambiciones personales, que los lleva a pelearse inclusive entre los propios del mismo color político, se están autodestruyendo y de paso con su forma de actuar, lo están llevando y haciendo, también lo mismo, con el País.

Sepan que ustedes y solo ustedes en las distintas gestiones que les tocó estar, son los únicos responsables, que han llevado a la ruina total al País. Perecería que fuera un plan orquestado y deliberado y que su única finalidad fuera la de llevar y sumir al fracaso al País, para que de ésta manera pueda ser manejado por gente ideólogos, con una carencia total de educación, cultura, de principios éticos y morales, sin ningún valor esencial, carente de respeto a todas las Instituciones y a nuestra Constitución Nacional.

Deberían saber si es que todavía no se han dado cuenta clase política, que la mayoría de la gente que habita este bendito País, se encuentra muy preocupada, muy triste, con pronósticos o cálculos muy aterradores, ya que no ven salida alguna a lo que nos está sucediendo y les puedo decir que jamás había oído comentar a mis pares, que, si no fueran tan viejos, pobres o aferrados a su tierra, a sus orígenes, ya se hubieran ido del País y alentando con mucho dolor y tristeza a sus hijos, nietos, que, si lo hagan, porque muchos lamentan la falta de dinero, la falta de posibilidades, la falta de futuro para todos ellos.

Desde hace algún tiempo, no escuchaba a muchos argentinos decir o creer que “esto no se arregla más”, que desde hace muchísimo tiempo venimos hablando de que el País es una calesita o carrusel reavivados por siempre con la maldita crisis del dólar, la inflación, la llegada del Fondo Monetario, son las que reavivan toda esta situación, dejando a muchos argentinos sucumbidos, sufriendo la rara nostalgia de que su futuro sin ninguna duda va a ser igual o peor al pasado más difícil que les tocó vivir.

Estamos viviendo y soportando un presente con muchos aprietos y penurias, con aumentos de las cosas prácticamente todos los días, que ha llevado a una brutal baja del consumo, con muchísimas empresas que tienen que cerrar sus puertas, provocando esto la perdida de muchos puestos de trabajo, trayendo en consecuencias y a tener que condenarnos a la mayor de las crisis, la pobreza y la indigencia y quienes dirigen los destinos del País, no reconocen, que parte de ella también les corresponde por ineptitud, por políticas mal implementadas y no decir, que la culpa es producto del robo y despilfarro del gobierno anterior y de la pandemia, de la guerra y no haciéndose cargo también ellos, de lo que está sucediendo.

Este panorama nos lleva a la mayoría del pueblo argentino y con gusta razón a gritar nuestro pesimismo, pero creo que hay una forma de poder revertir esta situación, y esa puede ocurrir en las próximas elecciones a través del voto, que cuando estemos dentro del cuarto oscuro, votemos con la cabeza y no con el corazón, para desterrar de una vez por todas a esta casta política de ineptos y corruptos que nos ha llevado a lo más bajo de un País, condenando a su pueblo a la pobreza, a la indigencia, a la desigualdad y a no poder concretar y a no poder realizar un futuro mejor para nuestra Patria, para nuestras familias, para nosotros.

Por eso, si logramos que todos nosotros cuando votemos, lo hagamos con razonamiento y memoria, sin duda alguna vamos hacer ese cambio tan esperado y entonces vamos a poder decirles aquellos que emigraron, ¡VUELVAN! y con orgullo a todo el mundo, ¡VENGAN! y así cambiar ese grito de pesimismo que nos había embargado y gritarles bien fuerte ¡Si vieras que linda y alegre que está mi Argentina!

(*)  “La Voz del jubilado”

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