Nuestras percepciones de la realidad catamarqueña resultan ser deplorables. La foja de servicios de Rubén Dusso es una de ellas, toda vez que la actual crisis institucional, consecuencia del insólito fallo absolutorio del Fiscal Palacios es de su exclusiva responsabilidad, ya que en forma arbitraria impuso a su chofer como fiscal penal, alguien incapaz que terminó incumpliendo sus deberes de funcionario público permitiendo que el crimen de un ministro quizás permanezca impune para siempre, razón por la cual Palacio debe renunciar inmediatamente a su cargo y Dusso declinar su posible reelección.

A él también le asignamos la bolilla negra, lo mismo que hicimos oportunamente con el gobernador Jalil. Dusso, es un oscuro personaje que llegó a Catamarca en un viejo y destartalado Renault 12 y hoy se mueve como un verdadero magnate. Dueño de una fortuna incalculable, en manos de testaferros y sociedades fantasmas. De ahí que los apoyos que recibe por estos días, no son otra cosa que verdaderos “dados cargados”. Es fácil imaginar que esa práctica no es gratuita, pues él toma y daca siempre está presente y mucho más cuando los dirigentes son individuos sin escrúpulos. Es precisamente lo que hace Dusso desde que llegó a Catamarca y que la justicia no lo haya detectado, juzgado y condenado no es precisamente porque estemos frente a un inocente, sino porque la real justicia en nuestro país es un bien escaso, brilla por su ausencia y en nuestra provincia es una calamidad.

El actual vicegobernador, provocó un tsunami político al imponer al Fiscal Palacios a un cargo de máxima trascendencia, además está flojo de papeles y carece de un “curriculum vitae”. Ya en la campaña como compañero de fórmula de Jalil no fue su cara visible. La estrategia era esa, esconderlo. Las pruebas son que los carteles de la campaña eran con la cara de Jalil, Corpacci y Natalia Ponferrada, que ocupaba el 5° lugar en la lista de diputados, porque la ex Secretaria de Turismo era la única que exhibía buena imagen en aquella lista.

Ahora como los intendentes le han pedido a Raúl Jalil que Rubén Dusso no vaya por la reelección de vice, entonces este sale a buscar apoyos para seguir. Está desesperado, pasa sus días hablando por el celular con distintos factores de poder y busca respaldo y seguramente que los apoyos que consigue son por devolución de favores, tráfico de influencias o lo que sea necesario con tal de obtener el objetivo que se ha propuesto, donde la Cámara de la Construcción tiene y merece un párrafo aparte. Dicho en término del juego, está cargando los dados.

Es conocido y ha sido denunciado que en tiempos en que Rubén Dusso era presidente de la Cámara de la Construcción, él era el nexo entre las empresas y el ministerio de planificación que comandaba Julio De Vido cuyo brazo ejecutor en Catamarca era José "Bolso" López, que, dicho sea de paso, su condena a 7 años de presión fue recientemente confirmada por la Cámara de Casación Penal. Sin embargo, en las zonas más alejadas, del país, como es nuestra provincia, hay muchas pruebas y denuncias que nunca llegan a buen puerto por distintos motivos, el abandono por parte de los denunciantes o porque la justicia en connivencia con el poder político se apresura en absolverlos. En el punto, nuestros lectores la tienen clara.

La cartelización está demostrada incluso por una nota periodística del Diario El Ancasti, en dónde consiguió el listado de cómo iban a salir las licitaciones y los hizo certificar por escribano público y luego el resultado fue de acuerdo a esa lista. El tahúr pasa sus noches cargando los dados y cuando ruedan los dados surgen las evidencias en las apuestas. Es banca y Dusso nació para ser banca haciendo trampas, muchas y ya son indisimulables.

El arquitecto Fernando Rivera y el ingeniero Jorge Marcolli denunciaron en la Justicia Federal y explicaron con lujos de detalles como era el circuito de las coimas y el papel fundamental que jugaba Dusso y la mencionada Cámara de la Construcción. Pruebas hubo de sobra. Y como no hay condenas, la sociedad necesita de sentencias electorales ejemplares. Y por supuesto de un buen periodismo independiente. Porque esa causa, la Justicia Federal la cerró y sin haber esperado producir todas las pruebas. ¿La verdad? Todo es un asco. La corrupción es generalizada, el saqueo de las arcas públicas no tiene límites porque la Justicia Federal de Catamarca es parte del problema. Mientras tanto unos pocos tahúres de la política son cada vez más ricos y los índices de pobreza y marginalidad de la población alcanzan guarismos intolerables.

El circuito, que “cargo” (dados) o aceitó (ejes), o mejor dicho perfeccionó (procedimientos), nuestro personaje en análisis, Rubén Dusso, ocurrió durante los 8 años que ocupó la cartera de Obras Públicas de la provincia, con el apoyo total e incondicional de Lucía Corpacci que cada vez que puede se llena la boca de elogios como si el ingeniero fuera San Francisco de Asis y ella, Santa Clara. Ninguno de los dos puede justificar y menos demostrar su nivel de vida, su patrimonio, sus viajes al exterior, y sus bienes, si cuando llegaron a la función pública su empresa estaba fundida o el en el caso de Corpacci, era la señora que le servía preparaba el café a armando “Bombón” Mercado y a su sobrino predilecto, Ángel. Ambos cargaron los dados, ambos se hicieron multimillonarios con la política y los jueces y fiscales con la justicia. Así nos va. Por eso esperamos una sentencia electoral fulminante. Parece que es la única manera de “hacer justicia” en la tierra, porque en la eterna, ya están condenados.

Y la frutilla del postre fue la imposición de Laureano palacios como Fiscal Penal con las consecuencias ya conocidas. Que se haga cargo y decline su postulación. Bolilla negra.