Cuentan en los pasillos de tribunales que la olla del caso de Julio “Chocolate” Rigau se destapó de la manera menos pensada y a raíz de una catarata de insultos que el personero propinó a una señora que estaba en la cola del cajero, cansada de esperar que el “cliente” terminara con su interminable lista de extracciones. Claro, llamaba la atención la forma de operar una impresionante cantidad de tarjetas de débito. Normalmente, la gente de a pie opera una sola tarjeta, pero parece ser que ciertos personajes vinculados al mundo de la política, tienen varias.

La señora, harta de esperar y atento lo que estaba viendo, se acercó a la garita de guardia urbana en Plaza San Martín y explicó a los agentes públicos lo que estaba ocurriendo en los cajeros del Banco Provincia y la imposibilidad de la gente de poder operar con la normalidad habitual. Ante la situación, los agentes llamaron al 911 y dos miembros del Comando de Patrullas que estaban en la zona se presentaron, interrogaron al sospechoso, revisaron la bolsa negra en la que guardaba más de $1,2 millones, tickets de las extracciones y 49 tarjetas de débito y se lo llevaron detenido.

Después se supo que Rigau es un electricista que trabaja en la legislatura provincial y además de las cargas energéticas, el pillo es el operador de cientos de tarjetas de débito que tenía en su poder pertenecientes a otras personas que cobraban sueldos, de aproximadamente $500.000, cada uno. contratados tanto en el bloque del Frente de Todos y del Frente Renovador como en el de Juntos por el Cambio.

No viene al caso indagar sobre como terminó la detención y posterior liberación de “Chocolate” porque verdaderamente es un escándalo judicial. Lo largaron porque si Rigau “prendía el ventilador” en la cárcel, un tercio de los argentinos terminaban involucrados, sin distinción de bandería política.

De inmediato, ante los hechos que son de público, cabe preguntarse ¿Hay chocolates en Catamarca? Claro que los hay. No sólo en Catamarca y en la provincia de Buenos Aires, sino en todo el país y esa quizás sea la verdadera explicación por la que muchos quieren “participar en política” y a cualquier precio. Obsérvese que sucede cada vez que hay cierre de listas en todas partes. Es una lucha desenfrenada para ubicarse en el mejor lugar para después mojar el pancito con estas prácticas deleznables que sin dudas no están llevando a la ruina, no ahora sino siempre, desde tiempos inmemoriales. Pero ese “poroteo” de los dineros públicos es administrado por los políticos en los elencos de la nómina que en suerte le toca cada vez que acceden a un cargo electivo o administrativo.

En Catamarca necesitaríamos un tratado de cien tomos para enumerar los “chocolates” vernáculos que se cuentan por miles y tocan desde empleados jerárquicos hasta legisladores provinciales, recordando un caso que, a pesar de los esfuerzos del denunciante, permanece impune. No nos olvidemos que Catamarca es el "reino de impunilandia". El caso emparentado con las conductas de “Chocolate” es el de la diputada provincial del PRO Natalia Saseta que fue denunciada por realizar prácticas espurias… “… Acosta brinda los pormenores de su situación y expresa que, por atrasos administrativos, recién pudo cobrar su primer salario el día de 5 de marzo del 2020, fecha en la cual relata comenzaron a producirse las primeras conductas reprochables de Natalia Saseta. Refiere el denunciante que en el despacho de la legisladora ese mismo día, con tono intimidatorio, amenazante e indicativo que de los haberes que yo percibía, debía entregarle un monto fijo, a fin de cubrir algunos gastos partidarios, sin otorgar más detalle que aquello.” O su frase favorita del mes donde la diputada le indicaba irónicamente “…si no tienes ganas de entregar y aportar ese monto, deja tu lugar ya que esas preguntas y actitudes te van a terminar perjudicando…”

Eso no es todo. Al jefe político de Natalia Saseta, el también diputado provincial Enrique Cesarini fue objeto de una denuncia por parte de una de sus empleadas. Otro caso similar al de chocolate. La mayoría o todos los legisladores provinciales, diputados y senadores, que reciben "fondos muertos" de la misma Cámara para ayudar a todas aquellas personas que arriman su humanidad a la Legislatura en busca de remedios o dinero para pasajes... muchos legisladores recurren a firmas de empleados en formulario "Husares" para justificar salidas inexistentes y de ese modo apropiarse de esos fondos que tiene un destino social... pero rara vez llegan donde tienen que llegar. ¡Dan asco!

Lo penoso de las prácticas de saqueo del estado, del latrocinio inconmensurable contra las finanzas públicas, es que alcanza a todos los partidos políticos sin distinción alguna. Nadie se salva y cuando aparecen candidatos que fustigan estas prácticas, los electores se enamoran de inmediato de un discurso que donde se disciplinan las peores prácticas de la suciedad que provocan la mayoría de los políticos cuando acceden a los cargos. Así nos va y les importa tres belines, aunque el 56 % de los menores de 15 años en las Argentina sean pobres. A ellos no les importa nada.

Tampoco podemos olvidar que la misma agrupación a la que pertenece Natalia Saseta, Juntos por el Cambio financió las elecciones PASO y las generales de medio término en el año 2021 con dineros provenientes de la estafa piramidal de Edgar Adhemar Bacchiani, situación que también permanece impune. Hay chocolates y chocolates, algunos son electricistas y otros, abogados o ingenieros.

El profeta de Cambalache, Enrique Santos Discépolo, lo escribió hace casi 90 años…

Cambalache

Si uno vive en la impostura

Y otro roba en su ambición

¡Da lo mismo que seas cura

Colchonero, rey de bastos

Caradura o polizón!