Los políticos argentinos se caracterizan por muchas razones, una de ellas es que hablan mucho y hacen poco. Y en eso de hablar, nuestro gobernador, el que elige no sé quién y por qué, más que un gobernante probo es un charlatán de feria. La realidad se lo lleva puesto a él y a toda Catamarca.

Por caso, en Wikipedia, se indica que además de Licenciado en Administración de Empresas, es “economista” y francamente no lo es, de manera que la corte de alcahuetes y aduladores deberían en forma inmediata editar la información de su líder.

Durante el mes de julio pasado, el gobernador Jalil hizo fuertes declaraciones que fueron reflejadas por la Agencia Nacional de Noticias, Télam. Allí el primer mandatario hizo una serie de predicciones y proyecciones, muchas con tintes proféticos (electoralistas), que nunca se cumplieron, a pesar de la seguridad de su relato. Y no solo no se cumplieron, sino que los hechos que se produjeron, fueron exactamente contrarios al de sus predicciones. Por eso es posible calificarlo de falso profeta.

El título de su profecía decía: “La economía está funcionando y por eso vamos a tener una buena elección”, a ver, la economía se desmadró y él obtuvo un 42 % y monedas. De tal modo que resulta incomprensible su relato y el voto recibido. Ahí existen otros detalles en los que es preferible no ahondar porque todos los sabemos.

Jalil cree que la medida de quitar las retenciones dispuesta por Sergio Massa a las economías regionales es para siempre. No, solo para sumar votos. Primero que nada, es que esa aparente buena decisión no vino durante los casi cuatro años de gobierno de Fernández sino en tiempos electorales. Todas las medidas del Ministro de Economía, candidato a presidente son del corto plazo y demagógicas.

“Es muy importante la gestión que está haciendo Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía frente a un contexto internacional muy complejo”. El día que Jalil hizo sus predicciones, el dólar denominado “blue” cotizaba en las cuevas de la City porteña a $548 y $553, el 27 de julio pasado. Las mismas cuevas que ahora con el dólar a $1000 fueron allanadas y declaradas ilegales. Antes no. Y la pregunta obligada es ¿Cuál es el contexto Internacional muy complejo? Es un chiste de mal gusto afirmar algo que no es cierto, es en gran medida una subestimación al intelecto de los argentinos, especialmente de los catamarqueños. El único país en crisis terminal auto inflingida por el peronismo y su peor versión, que es el kirchnerismo apátrida, es la Argentina y Raúl Jalil lo sabe, nada más que se hace el distraído por no escribir otra cosa.

El record de turismo, no propio de Catamarca, sino de todo el país, es en realidad un fenómeno producto de una economía estancada donde existen diversos tipos de cambio, siendo el principal distintivo el atraso cambiario existente, que permite a los extranjeros acceder a los beneficios de las bellezas argentinas a muy bajo costo.

A Jalil le pesa la distancia que existe entre sus dichos y sus actos y esa es la razón de su constante grandilocuencia para maximizar fenómenos culturales y económicos que existen solo en su imaginación y en la de los crédulos que todavía lo votan. Le gusta hablar del “boom” cuando se refiere al litio, al turismo, a las inversiones en minería, y a la agroindustria. Puro voluntarismo y relato.

¿Por qué Raúl Jalil recurre a un anglicismo para amplificar sus falsas predicciones? “Boom” es una palabra que se utiliza en el lenguaje coloquial. Un gobernante serio no habla de “boom” sino de cosas concretas. El boom es un estallido de popularidad que experimenta algo. Suele tratarse de un éxito súbito y, muchas veces, sorprendente. Un circo o una película puede transformarse en un boom, pero nunca los casos que cita Jalil… porque a las pruebas nos remitimos. El único boom en Catamarca es el más triste de todos, que es el boom de la pobreza y la marginalidad que ya superaron la mitad de la población. El boom del consumo precoz de cocaína y o el boom de la deserción escolar, todas calamidades públicas. Como lo expresó Aristóteles “la única verdad es la realidad”.

En efecto, los índices de pobreza y marginalidad en Catamarca siguen creciendo a pesar de los “boomes” y falsas profecías de Jalil, que ahora tendría que hacerse cargo de la inflación galopante que aqueja al gobierno kirchnerista al que él suscribe. Entre sus dichos y el presente, hay un abismo de empobrecimiento sostenido de toda la población argentina. Con una inflación galopante que ya es casi hiperinflación, una devaluación cuyos efectos en el corto plazo no sirvieron para nada y ahora ésta disparada del dólar o dicho de otro modo, esta descomunal devaluación del peso, están llevando a la economía Argentina a un desastre sin precedentes.