Por más que insistan una y otra vez, el viejo partido radical, como les gusta decir a algunos nostálgicos, ya no existe. En cambio, los vivos de siempre, los que nunca largan la teta del estado, porque son inútiles de nacimiento, esos oscuros personajes son los que siguen haciendo todo tipo de tramoyas y tropelías para vivir bien, a expensas de los afiliados y del pueblo, que ingenuamente votan símbolos y tradiciones que solo están y con suerte, en los libros de historia y que ya se encuentran totalmente perimidos. Y cunde el mal ejemplo, porque Gerardo Morales, a nivel nacional, también transó con Sergio Massa, no ahora, sino hace mucho tiempo.

Pierden las elecciones una y otra vez, sin embargo, ellos, digamos … la casta radical, siguen firmes en la trinchera de la “guita fácil” porque han transformado la política en un medio de vida en vez de un servicio a la comunidad como debe ser y como hacían los viejos caudillos radicales que entraban a la política con una situación patrimonial aceptable y salían de ella, totalmente empobrecidos. La lista es larga y los verdaderos radicales la conocen. Vamos a mencionar un emblema de la entrega y de estadista con todas las letras, don Arturo Humberto Illia, un ejemplo de estadista, honestidad y hombría de bien, injustamente olvidado.

En Catamarca, días pasados se conocieron los detalles de una nueva tramoya o dicho en un término más directo para que el lector lo comprenda, tomó estado público que un grupito de “radicales” pergeñaron un enredo ingenioso para los que ellos, en confianza, denominan la gilada o los ingenuos que todavía votan el gorro frigio, la pluma y el martillo o el sol de mayo o cualquier símbolo que asocie el sufragio con los grandes líderes radicales del pasado. Obviamente que el contubernio tuvo una trama y fines espurios, que no todo el mundo “puede interpretar”, porque para eso, los pillos recurren a las sutilezas de las viejas prácticas.

Primero “transan” y después explican. En el descargo del presidente del Comité provincial se utilizó una frase que no aplica a la situación: “en ejercicio de sus facultades y competencias”. No muchachos, así no se hacen las cosas. Reformar una constitución no es moco de pavo y ningún representante actual ni autoridad constituida tiene facultades para hablar de esos temas con el oficialismo. Sí por sus recientes fracasos, le han pedido la renuncia al presidente del partido, por estas actividades inconsultas que hicieron la semana pasada, también se la deberían pedir porque el tema es mucho más grave.

Dicho sin eufemismos, lo que hicieron fue algo así como armar “El cuento del Tío”, porque “armar” un esquema para obtener beneficios, en este caso favores políticos, se hace como lo hicieron, de espaldas al partido político, porque si lo hacen a plena luz del día o en la convención, pierden por goleada. Cuando actúan así, lo único que logran es desdibujar aún más el rol opositor, que prácticamente nunca han tenido y al fundirse con el oficialismo en acuerdos espurios, se perderá para siempre. Este es el principal motivo por el que se pierden las elecciones.

La noticia del acuerdo espurio no sorprende, pero nuevamente indigna y mucho. Nos produce hartazgo, porque acaban de perder una oportunidad histórica de arribar al poder, nadie les cree, ya que a pesar de los constantes llamados de atención, siguen haciendo la vieja política de salvarse ellos individualmente y por supuesto dan asco. Esa forma de hacer política en dónde todo vale, y donde se acuerda entre gallos y medianoche, con el solo objetivo de conseguir ventajas, un cargo, para ellos o su entorno.

Un grupo de diputados radicales, no de “Juntos por el Cambio” que voló por el aire, que, a la hora de los bifes, prefieren el sótano y la oscuridad para alcanzar “acuerdos” en vez de recurrir a una herramienta partidaria como es la convención provincial y discutir a la luz del día, como previo a cualquier contacto o acuerdo con el oficialismo. No, nada de eso ocurrió. Los inescrupulosos de siempre, se reunieron subrepticiamente con el vicegobernador, viejo pillo que usa el poder para armar contubernios o sobornos solapados, para acordar algunos puntos o lo que es peor una mayoría que les cuesta mucho reunir para definir la futura reforma de la Constitución de Catamarca, nada menos, y que saben que por un “puñado” de cargos, la arreglan antes del 10 de diciembre.

Entonces surgen las siguientes preguntas: ¿las coincidencias que enumera el presidente del Comité provincial en su muro de Facebook no deberían discutirse en una Convención partidaria primero y constituyente después? ¿Los convencionales constituyentes no deberían ser elegidos en elecciones libres? En el peor de los casos ¿Por qué va solo un grupo y no todo el bloque? ¿Tuvo algo que ver en todo este oscuro procedimiento el hecho que varios diputados se quedan “sin trabajo” el próximo 10 de diciembre?

Seguramente en la última pregunta está la clave y la desesperación de seguir mamando de la teta del estado, como lo vienen haciendo hace años y para eso nada mejor que armar una estafa política, donde se aprovechan de la confianza de los afiliados para que en nombre del “ejercicio de facultades y competencias” obtengan beneficios personales para los futuros nuevos desocupados. La forma más sencilla de comprobarlo fue observar como Paola Bazán y José Sosa y otros auténticos opositores salieron a denunciar las maniobras.

El pueblo ha dado su veredicto en las urnas, a la mayoría de los radicales y de juntos por el cambio parece no importarle el mensaje recibido que significó un fuerte rechazo a sus posturas y mañas. El accionar de los días posteriores indica que la debacle y la fragmentación de la oposición seguirá en aumento porque las viejas prácticas ya resultan intolerables para las bases partidarias y para la sociedad toda, que ante las inmoralidades que se comenten en nombre de la institucionalidad, optan por nuevas propuestas, que la casta radical deplora, ¡vaya paradoja!

Como puede apreciarse, en política también existe “Cuento del Tío” y los estafadores políticos de siempre deben ser desalojados del poder gubernamental o partidario, el daño lo hacen por igual, por lo que es válido hablar de la casta oficial y de casta radical, como aquellos pseudos opositores que aparentan ser lo que en realidad no son. La realidad no pasa por una convocatoria de Rubén Dusso o por lo que dice o escribe Alfredo Marchioli en su muro de Facebook, no es lo que dicen, es lo que hacen y lo que hacen es transar, armar un cuento para seguir engañándonos. Por estas viejas prácticas es que estamos tan mal y es por esto que una mayoría se apresta a dar un batacazo sin precedentes.