Sin lugar a dudas que los llamados "justicialistas" de nuestra provincia, son lobos disfrazados de corderos, por decirlo de alguna manera simpática. En el comunicado subido a la cuenta pública de Facebook, el Consejo provincial, muestra claramente el total desapego por las instituciones y principalmente por el sistema republicano y la división de poderes.

Para desgracia de otros peronistas a los que podríamos denominar, auténticos, el Partido Justicialista de la Provincia de Catamarca ha sido cooptado por una ideología extraña en nuestra historia e identidad nacional, el kirchnerismo, que de peronismo no tiene nada. El desprecio del orden constitucional, las leyes, el Código Penal y el Código Procesal es igual de grave que hacer un golpe de estado. Es lo que pretende el kirchnerismo, no el peronismo auténtico.

Son golpistas y quieren imponer otro sistema, el denominado socialismo del Siglo XXI con sus derroteros de muerte y hambre para todos. El socialismo que proponen, es en realidad un colectivismo rancio donde todos seamos pobres, es decir que están nivelando hacia abajo. Afirman que la organización judicial de la Nación está asestando un golpe, no mortal a la democracia ¿A cuál democracia? La cuestión es exactamente al revés.

En efecto, denominar a la Justicia Federal como partido judicial o expresar que una sentencia basada en la prueba acreditada donde se respetaron todas las garantías constitucionales, como la defensa en juicio y otros institutos mayoritariamente procesales, es una ignominia institucional, una afrenta a la república y al sistema de división de poderes. El fallo condenatorio contra Cristina Fernández viuda de Kirchner no es definitivo y deberá ser confirmado por instancias superiores. No obstante, el mismo reúne los requisitos de válidez indicados en la ley.

El Kirchnerismo utiliza la estructura partidaria en beneficio de una persona que armó un relato “socialista” que le permitiera vaciar las arcas estatales en nombre de la justicia social. Afirman que el fallo es una proscripción de Cristina Fernández de Kirchner y eso no se corresponde con la verdad porque Cristina Kirchner y Lazaro Báez defraudaron al Estado Nacional con el direccionamiento de la obra pública de Vialidad Nacional hacia Santa Cruz, en tanto que los miles de millones de pesos fueron a parar a las grandes estancias de Santa Cruz, a euros exportados en valijas, a hoteles vacíos, a flota de autos de alta gama y otros lavados varios, públicos, notorios y probados.

El kirchnerismo, que usa la estructura partidaria del peronismo, es el artífice, después de cuatro gobiernos cuasi consecutivos, de transformar a la Argentina en uno de los países más pobres del planeta. Eso sí, La jefa política cobra todos los meses $10.000.000 de jubilación, mientras la tercera edad padece salarios de hambre y una brutal corrupción en el Pami.

El mensaje del consejo partidario no es otra cosa que una defensa corporativa de Cristina Fernández, utilizando un concepto golpista de “Estado paralelo” a quienes imparten justicia y hacen cumplir la ley vigente en el nombre de la república, el sistema de gobierno instaurado en la Constitución Nacional y que el kirchnerismo está empeñado es cambiarlo.

Argentina sufre los embates del desgobierno de Alberto Fernández, que hizo una cadena nacional de la vergüenza, que tiene una inflación galopante, siendo la desidia y la inoperancia sus características más salientes y lo más grave de todo, con corrupción generalizada que no pueden disimular ni ocultar, porque es palpable a simple vista. El Congreso Nacional está fracturado y paralizado. Las autoridades con mandato vencido y el oficialismo con un intentó sesionar sin quorum, algo insólito y disparatado. Y en Catamarca un grupo de transochados alardean como una amenaza velada y se declaran en "estado de alerta" para defender "las instituciones" y "la democracia" cuando en realidad la están atacando, al desconocer el resultado de un juicio justo.

No obstante, se observa que el Poder Judicial con la Corte Suprema de Justicia de la Nación al frente, y mayoría de jueces probos, firmes frente a la encrucijada más difícil de 40 años de democracia, sosteniendo la vida institucional del país a rajatabla, cumpliendo la ley y haciéndola cumplir, para nosotros y para las futuras generaciones.