El gobernador viajó en el avión sanitario (taxi aéreo) con su esposa, la diputada nacional, Silvana Ginocchio; la secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila; los ministros de Inclusión Digital y Sistemas Productivos, Dalmacio Mera, y de Minería, Marcelo Murua. ¿Avión sanitario o taxi aéreo?

El avión sanitario que el Gobernador Jalil utiliza de paseo, está equipado con tecnología de última generación, tiene capacidad para ocho asientos en la cabina, más el equipamiento sanitario. Altísimo costo para uso domestico.  Cabe recordar que la moderna maquina se adquirió mediante una compra directa por 8.900.000 de dólares. Jalil altera la función especifica del avión, al utilizar bienes del estado como medio de transporte, cuando la función del aparato es la de ser un transporte sanitario de emergencia.

El desapego del primer mandatario provincial por los bienes del estado es manifiesto. Por múltiples razones, aunque solo vamos a indicar que siempre los fundamentos de la compra se ubicaron en la necesidad imperiosa que la provincia de Catamarca tuviera la posibilidad de trasladar pacientes a las ciudades donde se derivan para atenciones de alta complejidad. Así se fue ablandado a la opinión pública sobre un fin muy loable. Pero los políticos dicen una cosa y después hacen otra o lo que es peor hacen lo que quieren, en vez de un traslado sanitario se van de feria.

Cabe recordar que el gobierno de Jalil autorizó que una comisión especial de servicios se trasladar  por 39 días al piloto y secretario de Aeronáutica, Claudio Daniel Saragusti; al piloto y director de Aeronáutica, Carlos Alberto Álvarez, y al piloto Bruno Troia. ¿Ese gasto público justifica un viaje a una feria regional? ¿Cuál es el orden de prioridades del gobernador?

En la oportunidad de la compra del avión, se le dio cobertura legal y publicidad a los actos de gobierno para justificar semejante nivel de endeudamiento para los catamarqueños. Fue así que se publicó en el Boletín Oficial, el decreto nº994/21 les reconoce a estos agentes “todos aquellos gastos en que se incurran hasta que dé por finalizada la comisión de servicios” con viáticos diarios de 120 dólares. Para tenerlos cubiertos, el Estado aportó 158.903 dólares al Ministerio de Gobierno, área de la que depende la Secretaría de Aeronáutica. Todo esto ¿para ir a una Feria?

Uno compara las acciones del gobierno con respecto a éste avión y no se entiende como fue necesario que los pilotos se instruyeran en un curso teórico y práctico el Centro de Entrenamiento Especializado de Dallas, Texas, lugar habilitado por la Administración Nacional de Aviación Civil Argentina (ANAC). Además en aquella oportunidad contrataron un instructor de vuelo habilitado por 12.400 dólares. No se entiende que Jalil y comitiva usen un bien destinado a emergencias sanitarias para visitar una Feria con cinco puestos de artículos regionales. Esto es reírse de la gente, en medio de una situación de alta inflación y aumento sostenido de la pobreza. ¿Cuánto le costó a la provincia de Catamarca el viaje de Raúl Jalil, Silvana Ginocchio, Fernanda Ávila, Dalmacio Mera y Marcelo Murúa para inaugurar un SUM y asistir a una feria pequeña?

Al gasto de adiestramiento de pilotos se le agregó un exorbitante paquete de gastos de representación y viáticos donde se invirtieron 58.404 dólares estadounidenses en el paquete de viaje, que incluyó pasajes aéreos, alojamiento, alquiler de auto y servicio de seguro de salud para la comitiva. Todos esos gastos desmesurados... ¿para ir de paseo a ver una feria e inaugurar un salón?

Así funcionan las autocracias en el mundo y Catamarca no es la excepción, porque sostiene éste tipo de arbitrariedades, con un dispendio alarmante. Raúl Jalil concentra el poder en su persona, toma acciones y decisiones sin medir las consecuencias, utiliza bienes del estado sin importarle si existen reglas o que su uso esté limitado por restricciones reglamentarias.​ Jalil hace lo que se le da la gana, vive en una autocracia y ejecuta acciones contradictorias con sus propios argumentos.

Los contrastes de Antofagasta de la Sierra con el fasto de las autoridades

El extraordinario lujo con el que se desenvuelve el Gobernador Jalil y su comitiva, viajando a Antofagasta de la Sierra en un avión valuado en casi nueve millones de dólares encuentra su correlato en los salarios de hambre e innumerables penurias, que se pagan en a los empleados Municipales y que soporta la comunidad en general.

El salario promedio se ubica en la suma de $ 25.000.- más $ 10.000.- que son entregados como de beca, es decir por fuera del sobre oficial. La beca que otorga Julio Taritolay es siempre extorsiva y amenazante. Le indica en todo momento, a todos quienes la reciben, que si hablan, serán trasladados a otros lugares con peores condiciones laborales o directamente se les retira la beca. El Pucará accedió a testimonios de habitantes del lugar que pidieron reserva de identidad por temor a perder el salario. Están desesperados y no les alcanza para subsistir. Son salarios de hambre.

Prácticamente la población no tiene servicio de Internet. La escasa señal que hay muchas veces no sirve para enviar y recibir mensajes. Quienes ofrecen servicios turísticos, expresan que es casi imposible tener una conversación normal con los turistas que llaman para preguntar acerca de diferentes alternativas. Las tarifas de energía eléctrica -que se corta en forma constante-, oscilan en los los $ 5.000 y los $30.000.

La única posibilidad de acceder a Internet es a través de las pocas antenas de telefonía celular y con "datos móviles" y abonos de alto costo. El internet público de a poco fue desapareciendo hasta prácticamente no existir ningún tipo de señal. La minera sigue distribuyendo dadivas entre los pobladores y lo hacen cada vez que el gobernador visita la Villa.

Jalil había prometido un dique pero en este viaje descarto la obra por ser inviable. El reservorio de agua está clausurado. Se hizo para tener agua potable. La gente se descompuso y lo pasaron a riego. Finalmente la obra no se usa ni para consumo ni para riego ni para nada. El estado de los caminos es deplorable. Solo construyen y mantienen los caminos para el litio.  El basural es otro desastre. Es una obra para provocar mayor contaminación, además ya se robaron los plásticos dos veces. En la Villa creen que no lo van a inaugurar nunca, porque las bolsas se vuelan, por más que hay un cerco de dos metros. Las bolsas de basura vuelan hasta una distancia de 15 kilómetros del lugar. Otro desastre fue hacer vestuarios subterráneo en el playón municipal. Llovió, llegó el agua y se inundaron.

Según nos refiere un poblador... "La Feria de la Puna es pobre, con escasa oferta de productos, nada de lo que dicen o publican es verdad, solo prometen y mienten; el forraje aparece para la campaña política o cuando pasa el invierno".