En recientes declaraciones publicadas por el diario El Esquiú, medio que controla la ex gobernadora desde su creación casi en forma simultánea desde el inicio de su primer mandato (2011), se tomó una licencia peculiar, la de aconsejar al radicalismo sobre la idea de volver a las fuentes, suponiendo que son similares a las que pregona el peronismo y de paso, aprovechó para fustigar al PRO, con las mismas falsedades de siempre, que ya no se las cree nadie. Dijo textual “Espero que los radicales empiecen a tomar las banderas que perdieron en manos del PRO” ¿serán las banderas del distribucionismo? O las ¿del crónico déficit fiscal? O ¿Las del populismo o las del nepotismo? todas prácticas que envilecen a la democracia republicana y que ambos partidos han desarrollados sin solución de continuidad a lo largo de su historia.

La senadora nacional del Frente para la Victoria, luego Frente de Todos y ahora Unión por la Patria, seguramente se encuentre afectada por algún síndrome de pérdida de memoria… no hay que asustarse porque es normal que suceda. El tema es que Corpacci tiene mala memoria desde siempre. Quizás tenga dificultades con las cosas mundanas o no… ¿Perdió las llaves del automóvil? ¿ Se olvidó quizás de la deuda que tomó Cristina Kirchner antes que Macri llegara al poder? ¿O de la lista de compras que hizo en su último viaje a Panamá, su destino favorito? ¿Se olvidó que su amiga saqueó el BCRA? O tal vez,.. ¿Se olvidó del robo de los ahorros en AFJP o de los años que birló la coparticipación a las provincias con su anuencia explícita?

Es casi seguro que Corpacci olvidó por completo que el Estado Nacional en tiempos del segundo mandato de Cristina Kirchner, transformó el superávit en déficit y aumentó la deuda en US$ 129 mil millones. Si Lucía insiste con atribuir la culpa al que intentó ordenar ese descalabro, el mismo que recibió a los besos para después clavarle el puñal por la espalda, vieja táctica de algunos peronistas inescrupulosos que hacen del poder un juego diabólico en vez de un servicio desinteresado a la comunidad.

La ex gobernadora debería aumentar la ingesta de frutas y verduras crudas o alimentos con alto contenido de fibra o abandonar su vida sedentaria. Es evidente que tiene algún desorden con la memoria porque resulta llamativo que recuerda las mentiras que repite como lorito (relato) sobre el gobierno de Mauricio Macri y no recuerda las verdades más recientes sobre el calamitoso gobierno de su amigo Alberto Fernández, con quien compartió "varias guitarreadas", que son ciertas y concretas, como las 200.000 personas fallecidas en la pandemia y el rechazo ideológico de las vacunas Pfizer, situación que puso en vilo a miles de enfermos y los llevó a la tumba irremediablemente. Pero de estas cosas Lucía no se acuerda y nosotros la ayudamos a que lo recuerde.

Veamos otros ítems por donde pasa la amnesia de Lucía Corpacci, todos relacionados con las pésimas políticas públicas del gobierno del guitarrero Alberto Fernández. Algunos de los principales problemas identificados por la población y que Corpacci no recuerda, se refieren al atraso salarial con los trabajadores, el descontrol de precios (especialmente en alimentos y remedios, y por supuesto la falta de insumos médicos) y la falta de trabajo.

Además, tomando un análisis de medios periodísticos extranjeros, el gobierno de Fernández ha enfrentado una inflación muy alta, déficit fiscal, deuda externa e interna, y una pobreza superior al 40%. Más cerca en el tiempo, debería haber mencionado la escasez de combustibles y la paralización total de la economía o la pérdida de 3 puntos del PBI para ser aplicados a la campaña presidencial de Sergio Massa. Corpacci debería agradecernos la enumeración de los "logros" en sentido negativo del gobierno al que ella pertenece.

Otros hitos que marcaron al actual gobierno del fiestero de Olivos que Lucía Corpacci olvidó, concluyen en el recorte de la coparticipación a la ciudad de Buenos Aires, la fiesta y el cotillón de Fabiola Yañez en la Quinta presidencial, en plena cuarentena, la derrota electoral de medio término y las renuncias masivas, el voto en contra del kirchnerismo al acuerdo con el FMI, y la salida del ministro Martín Guzmán y la entrada subrepticia del ex diputado Sergio Massa al gabinete, siendo éste último el peor ministro de economía de la democracia.

Son simples recordatorios para la actual senadora, que tiene mucho ex en su currículum vitae y pocos pergaminos políticos, por más que algunos miembros de su séquito insistan con calificar a sus gobierno como "de sueños" cuando sabemos que fueron un desastre, sólo observando el estado deplorable en el que dejó el Hospital San Juan Bautista o las innumerables obras inauguradas que hoy no funcionan, siendo la más emblemática de todas el parque Fotovoltaico de Antofagasta de la Sierra, que solo funciono un día. Memoria señora, memoria o como dice el kirchnerismo, ni olvido ni perdón, memoria, verdad y justicia.