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Opinión

Una  democracia retórica

Democracia… Recuerdo su regreso  en el año 1983 como una sensación de alivio. Que distante de aquel 1976 cargado de miedo. Miedo a las miradas vigilantes, a los comunicados que se sucedían uno tras otro, como norma a la que había que ajustarse cuidadosamente.

Miedo a figurar en alguna lista negra. Miedo que no era infundado. Por que si tenías en tu poder hasta un Martín Fierro, eras zurdo. O por desgracia tenias algún trapo o insignia roja, o alguna tela con impresiones de una estrella de 5 puntas. O si te dejabas la barba, también te señalaban como adherido a los cubanos comunistas. Cuantos pobres barbudos cayeron en la mirada, sigilosa de la llamada Gestapo. Millares de ellos se dejaron, por prescripción medica, ya que los granos que cubrían su rostros, la maquinita, les hacia pelota la cara, cuando intentaban afeitarla. Toda explicación era en vano. Seguro que eras candidato a integrar esa lista de mala fe.

Me viene a la memoria mi amigo Raúl Ocampo .,aquel que junto conmigo nos aventuramos a conocer Buenos Aires. Justamente en época de la dictadura. Raúl era un bocón, jamás se quedaba callado. Tenía una barba incipiente, que disimulaba una cicatriz en su cara. Compartíamos un cuarto en una pensión de miseria. Trabajamos como maestro de escuela, yo a la mañana y el a la tarde. Cuando volvía me esperaba con la mesa servida, y  con fondo de los Iracundos almorzábamos... ¡como los idolatraba, Raúl!

Planeábamos durante la semana con las colegas, (algunas de ellas, nuestras novias) salir el sábado. Y muchas veces, cansado, nos quedábamos dormidos.

Un día volví, de la escuelita de barrio. Vi gente en la calle. Todos dirigían su mirada hacia mi y entraban a sus casas, como diciendo, yo no vi nada. Al trasponer el umbral de la pensión, no sentía el olorcito a comida, que siempre salía. Cuando ingreso a la pieza estaba todo en orden. Mejor dicho desordenado para mí. El pantalón de Raúl impecablemente doblado, listo para salir, estaba sobre la cama. El tocadiscos con un simple del Tema” Calla “de los infaltable iracundos, al final de la pista seguía girando sin parar. Las pantuflas estaban debajo de la cama, una pegada a la otra. Raúl era ceremonioso, así las dejaba antes de dormir. No la habían tocado siquiera. Mire por la ventana como buscando alguna respuesta, no había nadie.

Al rato llegó mi novia y acompañada con la de Raúl (ambas eran estudiantes de la Facultad de Filosofía), me dijeron a Raúl se lo llevaron en un Falcón verde.....lo sacaron de la cama, descalzo, en pijama, unos hombres según decían, vestidos de civil.

L... me dijo tienes que irte urgente, ya te saco los pasajes. Deja todo, relacionado con la escuela....Yo le dije me llevo el tocadiscos que es lo único que me queda de Raúl y quiero dárselo a su madre. Nunca más lo volví a ver. Su madre se murió esperándolo. Poco antes me llamó a su casa me entregó, como recuerdo ese giradiscos. La ausencia de Raúl, en sus últimos años, había transformado sus ojos, que se veían grises y tristes. Al tocadiscos decidí regalarlo a alguien, como Raúl, que ame a los Iracundos. Por eso donde quieras que estés, tu música sigue sonando. El gira disco sigue en manos de otro fanático de los Iracundos, Carú Correa.

Desde 1983 la Argentina está viviendo bajo un sistema democrático. La sensación de alivio que sintió la ciudadanía fue muy grande, después de una tormentosa dictadura militar. Cuanta esperanza, cuantos proyectos se vislumbraban. Estábamos apostando a todo, por este hermoso sistema de vida.  Miles y miles de ilusionados ciudadanos erigimos un altar a la Democracia, la endiosamos, creímos que su sola  presencia, traería aparejado las grandes conquistas sociales, la eliminación para siempre de los privilegios.

La eliminación del vicioso sistema de lista sabana, que el sufragante debe aceptar como algo inalterable. Creíamos que su sola presencia iba ha producir una mejor confianza de los ciudadanos independiente hacia los dirigentes políticos. Que se iban a eliminar el irritante mecanismo de lista sabana que obliga al que emite el sufragio a aceptar en masa la propuesta de los partidos políticos, en la que casi se confunde ese maravilloso acto de votar con una mera adhesión a un  convenio de fidelidad.

Sin embargo aun hay una marcada desconfianza de los ciudadanos no afiliados a ningún partido (la mayoría) hacia las estructuras políticas partidarias, en la que se encuentran claramente definido, los intereses de estos y las necesidades de la población.

El voto de bronca expresado en las urnas en Diciembre de 2001 y las protestas callejeras, es la expresión cabal de un pueblo descontento con sus dirigentes políticos. Por la irritante corrupción demostrada en las coimas, que DIA a DIA corroen la voluntad popular.

Hay una minoría privilegiada de dirigentes políticos que detentan poder y dinero, mientras una gran mayoría sufre las consecuencias, de la desocupación y del hambre. La generación de jóvenes nacido y criado en este sistema desde 1983, solo el 20 % tiene casi su trabajo resuelto el resto divaga en una sociedad, en la que no tiene cabida. Miles de ellos, buscan en el alcohol y la droga un paliativo que les haga olvidar, la situación desesperante de ser un desocupado. Peor aun en aquellos matrimonios, que sufren la impotencia, cuando vuelven a su hogar o tugurio, y se dan con la triste realidad de que vive en una sociedad, en la que ni siquiera valen sus brazos, para poder alimentar y criar a sus hijos.

Su cerebro embotado, le hace comprender que esta viviendo en una democracia retórica, de solo palabras solamente. De falsa promesas. De hombres que buscan en la politica un medio de enriquecerse y no de servir al prójimo, y así lo demuestran sus declaraciones de bienes patrimoniales, en la que por lejos se distingue en una fácil comparación, su situación anterior de ocupar un cargo político y la abundancia  cuando finaliza el ejercicio de su función.

Una pirámide social se erige muy claramente, en cuya cúspide se encuentra en una situación muy holgada la clase dirigente politica, y empresarial. Íntimamente ligada a los primeros, en una base muy ancha, se encuentra el grueso de la población, desorientada por las promesas que año tras año recibe de una clase politica, en la que se alternan el mandato solamente dos partidos.

En la que en cada campaña politica, vociferan a los cuatros vientos, los momentos de bonanzas, que van a venir si son elegidos.

Retumban en los oídos, aun, aquellas frases famosas, no los voy a defraudar...síganme...Con la Democracia se come...se cura....

O la famosa frase de aquel presidente de las tierras del sur, “La seguridad jurídica debe ser para todos, no solamente para los que tienen poder y dinero".

Es cierto, es absolutamente cierto... pasaron 39 años de Democracia... Democracia de pura, labia, o de pura elocuencia. Una democracia retórica.

 

(*) El autor de la columna es Profesor de Historia y Filosofía (UNCA)

 

 

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