En la primera sesión ordinaria, los diputados comenzaron a debatir cuestiones relacionadas con la restructuración del IPV y la organización jurídica de la nueva agencia recaudadora provincial. Sin embargo, la cámara debería dejar lo importante para otro momento y ocuparse de las cuestiones más urgentes. Si cumplen con el organigrama que postergó la pandemia pareciera que la agenda de diputados actual estaría fuera de contexto.

El Estado tiene otras prioridades, la gente la está pasando mal. Catamarca perdió 18 puntos porcentuales de coparticipación y esa circunstancia es catastrófica. Hoy más que nunca, el que gana gobierna y el que pierde acompaña, ayuda, colabora. No es momento de ideologías, no es momento de hacer política es momento de trabajar juntos.

Con distintas motivaciones que a consecuencia de la pandemia mundial has trastocado la agenda política de los principales poderes del Estado, comenzó un debate que a simple vista parece que ha quedado fuera de lugar, si se tiene en cuenta que las urgencias y problemas que aquejan a la ciudadanía son otros.

Discutir la existencia de una nueva agencia de recaudación impositiva parece surrealista con todo el comercio y la actividad económica de la provincia paralizada. Es que antes de la irrupción inesperada de la pandemia, el aislamiento social, la paralización de las actividades, la agenda del gobierno era una y ahora todo ha cambiado abruptamente.

Si realzan valor las cuestiones vinculadas a la actividad legislativa que impulsó el gobernador a través del dictado de decretos, casi imitando al Presidente de la Nación que con el Congreso cerrado encontró en los decretos de necesidad y urgencia, una herramienta útil para gobernar en medio de la crisis sanitaria.

Raúl Jalil le busco la vuelta e invocó ciertos artículos de la Constitución provincial para avanzar con cuestiones vinculadas a la emergencia, mucha de las cuales fueron duramente cuestionadas por la tibia oposición que hoy existe en Catamarca.

Cada día que pasa se agrava la situación socioeconómica y parece que los principales actores políticos, sindicales y empresariales no lo consideran, no advierten que la situación se irá agravando día tras día. la coyuntura requiere de personalidades del mundo de la política pero con marcado rango de estadistas que estén a la altura de las circunstancias.